La multidisciplinariedad caracteriza a Maeva Martínez Olivares (Linares, 1980), bailarina, dibujante, ilustradora, retratista, docente y experta en Arte-terapia.
Llegó a la capital con ocho años, pero su vida ha transcurrido en diferentes ciudades y países como La India, donde recibió formación en danza clásica-india al trabajar con niños como educadora de Arte. Ya capitaneaba un grupo de danza (oriental y contemporánea), pero con su experiencia en el país asiático descubrió otras posibilidades. “El Arte siempre ha sido mi salida, pero me di cuenta de que podía hacer algo más”, reconoce.
A su regreso a Jaén, trabajó con los usuarios de la residencia López-Barneo y lo vio claro. Así decidió desarrollar el Arte-terapia, “destinar el Arte a encontrar el bienestar personal”. Ella descubrió esta disciplina viviendo una experiencia muy personal, la enfermedad de su padre cuando tenía 12 años. “Descubrí el Arte como una forma de poder expresar lo que tenía contenido y decidí formarme”, recuerda.
Estudió Bachillerato de Arte en la Escuela de Artes y Oficios ‘José Nogué’ de Jaén y se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Es Ciclo Formativo Grado Superior (Textil, Confección y Piel) por el Centro de Artes Escénicas ‘ESCÉNICA’ de Granada, una formación que le ha permitido confeccionar vestuario para bailar y para teatro; y Máster en Arte-terapia transdisciplinar y desarrollo humano.
Especializada en diversidad funcional, en Jaén ha trabajado como arte-terapeuta con usuarios de Aprompsi, de la Residencia de Mayores Santa Teresa y con niños con discapacidad auditiva, a través del proyecto ‘Alas para la creatividad’ (Asociación AFAES), ahora suspendido por la pandemia del Covid-19. “Lo retomaremos porque llevamos tres años y es un espacio perfecto para que se puedan desarrollar y expresar de una forma distinta”, valora.
Ha hecho ilustraciones para libros como ‘Paisajes humanos’, de Gerardo Ruiz Rico-Ruiz, y ha participado en el proyecto ‘Color-ilusión’ de la Asociación ALES, en ‘El Jardín de Los Sueños’, pintando una de las habitaciones del Complejo Hospitalario. Su pintura también está en locales de la ciudad.
Desde hace seis años apostó por su desarrollo profesional como artista y hoy es una de las dibujantes y retratistas más respetada de Jaén. “Es mi pasión. Para descansar, sigo dibujando”, confiesa.
La firma ‘Maeba’ va asociada al retrato de gorriones, su debilidad, pero recibe numerosos encargos como retratista de personas y animales. “Me llegan muchos encargos para retratar animales que ya no están con sus familias. El retrato es una forma de devolverlos a la vida”, dice.
En todos sus trabajos como dibujante derrocha pasión, le pone corazón y plasma su sensibilidad. Las creaciones ‘Maeba’ detallan al máximo los ojos de sus retratados, buscando que “tengan vida porque son el espejo del alma”, y también las manos.
Afincada en la capital desde hace cinco años, en noviembre de 2020 abrió su propio estudio de Arte, en la plaza Obispo García de Castro (La Alameda). “Supe que era el momento, que iba a ser difícil, pero que tenía que poner en marcha proyectos porque el presente es hoy. Esta pandemia ha provocado que mi creatividad explote”, confiesa.
Asegura que apuesta por Jaén, a pesar que cuando llegó a la ciudad dudó en quedarse porque “aquí es un poco más difícil todo”.
Recuerda: “Venía de Cazorla y sin buscar nada, comenzaron a llegarme encargos, trabajos y alumnos. Estoy muy contenta y apuesto por Jaén”. Reconoce que el Arte “tiene el poder de transformar” y que a través de él “encuentras maneras de mejorar la autoestima”. Apunta: “Afecta a cómo te comportas con el mundo que te rodea. Te hace sentir bien y refuerza tu autoestima. El Arte es muy poderoso”.
Ella lo comprueba en sus clases, incluso en las más técnicas, las de Dibujo o Pintura, donde trabaja las ansiedades del día a día. “Durante la pandemia me han llegado muchos niños y mayores que buscan un espacio de meditación. En las clases sólo piensan en lo que dibujan. Trabajan la paciencia, descubriendo que si se equivocan no pasa nada, vuelven a empezar. Es un espacio para el bienestar”, confirma.
Como docente, disfruta descubriendo el interés de otros por esta disciplina. “En clase me gusta ver cómo el Arte transforma el estado de las personas. Lo importante es lo que sucede mientras están trabajando”, aclara.
Emprendedora, tiene en mente proyectos futuros como la puesta en marcha de un centro al que puedan acudir personas con diversidad funcional y sin ella, y que “la unión sea el Arte en un espacio de resistencia para poder desarrollar la forma de expresarse y de ser”. Es un deseo para este 2021, al que también le pide tiempo para preparar exposiciones.
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