Fueron numerosas las personas discapacitadas que tuvieron la oportunidad de aproximarse a la Virgen de la Cabeza, casi siempre gracias a que les eran levantadas las sillas de ruedas para aproximarlas a la Patrona de la Diócesis, de la misma manera que se acercaban objetos y niños para ser bendecidos por el manto de la Santísima Virgen. Durante toda la procesión se vivieron momentos muy emotivos protagonizados por centenares de personas que se hacían hueco para encontrarse con la Reina del Cabezo, y que lo conseguían gracias a la disposición de los organizadores para que el pueblo de Jaén estuviera cerca de su Virgen. El cortejo era larguísimo por la presencia de todas las representaciones cofrades como se hicieron presentes para acompañar a la Patrona de Andújar y de la Diócesis. En la capital jienense quedará grabado para siempre el recuerdo de esta visita tan entrañable y emotiva que ha hecho que desfilen por la Catedral decenas de miles de fieles en una multitudinaria manifestación religiosa sin precedentes.
Los actos del último día de presencia de la Virgen de la Cabeza se iniciaron con la Eucaristía, iniciada poco después de las diez de la mañana, con un templo abarrotado, con representación de las casi cuatrocientas cofradías marianas de la provincia, además de autoridades y representaciones diversas, asociaciones de carácter religioso, y un largo etcétera. La misa fue presidida por el obispo, Ramón del Hoyo, concelebrada por el arzobispo castrense emérito, hijo de Andújar, José Manuel Estepa Llaurens, con el vicario general de la diócesis, y numerosos sacerdotes diocesanos y de la Orden Trinitaria. Durante la ceremonia intervino la Escolanía de la Catedral.
En la homilía, monseñor del Hoyo, tuvo palabras de agradecimiento para quienes han hecho posible el éxito de la presencia en Jaén de la Virgen de la Cabeza, uno a uno, sin olvidarse de nadie, destacando el ejemplo dado por los niños, los jóvenes o los enfermos, pero también el de tantas personas como han pasado por el templo demostrando la "fuerza arrolladora" de una inmensa devoción. También durante la misa se procedió a la imposición a la imagen de la distinción de la Rosa de Oro, concedida por el Papa Benedicto XVI, y que es por cierto la primera condecoración de este tipo que se concede a una patrona española. También se dio lectura a una salutación enviada por el Santo Padre junto con su bendición. Entre los momentos emotivos del mismo acto, cabe señalar que la Orden Trinitaria, en agradecimiento por la respuesta de Jaén y de su Catedral, hizo entrega al obispo, para que figure en el primer templo de la diócesis, de una réplica casi exacta de la imagen de la Virgen de la Cabeza, que el prelado agradeció vivamente emocionado. Entre vítores a la Virgen y a los compases de la popular "morenita y chiquitita", se procedió al emotivo traslado desde el altar mayor hasta el trono donde la Virgen haría el desfile por las calles de la ciudad.
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