Hay un dicho que afirma que los incendios forestales se apagan en invierno, en alusión a las medidas de limpieza de maleza que habría que acometer en nuestros montes en los meses más fríos. Dejando de lado que esto puede ser válido o no, dependiendo del tipo de formación boscosa en cuestión, me resulta útil para hacer una llamada en el mismo sentido acerca de la vegetación de nuestra ciudad.
Ahora es cuando deberían estar los árboles que faltan en Jaén en la mente de los responsables municipales, ahora es cuando debería planificarse la plantación y el cuidado del arbolado de nuestras calles, nuestros parques y pequeñas masas forestales del ámbito urbano.
Jaén adolece de falta de árboles. En una ciudad con problemas de contaminación del aire a causa del elevado tráfico rodado, con un rigor climático estival en el que la sombra es una necesidad, en la que las referencias familiares del paisaje urbano han ido sustituyéndose paulatinamente por las durezas del asfalto y el mobiliario urbano anguloso, en una ciudad de estas características como es nuestro Jaén, hacen falta miles de árboles más, que purifiquen el aire que respiramos, que dulcifiquen la temperatura entre la cual nos movemos y que aporten referencias amables al entorno urbano.
Necesitamos miles de árboles de las especies más apropiadas, que conjuguen bien entre sí, con un crecimiento adecuado a las funciones que se les piden sin perjuicio de terceros, que se avengan bien a los aires de nuestra tierra, que ayuden a fijar fauna, que tengan necesidades que no excedan de lo que provee el clima o una sencilla gestión de jardinería. Necesitamos miles de árboles en las aceras, en más jardines, en bosquecillos, en esquinas, en plazas, en islotes.
Ahora que se ha demostrado que una sola estación primaveral (y además, tan favorable para el crecimiento vegetativo como la que acabamos de dejar) no ha bastado para cubrir de hojas tantos cientos de árboles, que quedaron desmochados tras una incomprensible poda travestida de tala, ahora es cuando hay que tenerlos en la mente y planificar los cuidados que deberían exigirse a la empresa concesionaria.
Ahora que empezamos el verano es cuando hay que planificar el Jaén arbolado que queremos, contar los recursos necesarios, el imprescindible personal especializado y buscar y conseguir el apoyo de la ciudadanía. Y para eso, a lo largo del período estival debería poder enseñársenos a los vecinos y vecinas de Jaén cómo se ha pensado la distribución de esta masa arbórea por toda la ciudad, para que podamos proponer qué queremos, qué necesitamos y para que podamos enamorarnos de ese futuro Jaén arbolado, que debería ser condición previa para cuidarlo y respetarlo, tal y como sería nuestra obligación.
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