Aunque la tradición de Carnaval en Jaén es más propia del siglo XIX, y ha seguido con altibajos el curso de los tiempos, también es cierto que existen datos que entroncan la festividad con el siglo XV y nuestro célebre Condestable Iranzo.
Encontramos en la “Crónica del Condestable” lo siguiente, referido al año 1464: “El martes de Carnestolendas a la noche, el señor Condestable mandaba que se pusiese la sortija en la calle, donde se solía poner el día de la fiesta de los Reyes. E así mesmo se facía para esta noche un gran fuego de mucha leña en la plaza que está delante de la puerta de su posada, en par de la calle que viene de San Llorente...”. Recoge asimismo Manuel López Pérez el desarrollo de una fastuosa cabalgata con “… los trompetas tocando delante, con muchas hachas de cera e faraones encendidos…”, seguidas de representaciones burlescas, danzas, etc. Como curiosidad, el mismo autor nos ilustra sobre “un gran torneo muy bravo de calabazas, dándose con ellas hasta que no quedaba ninguna sana…”. Este “torneo” lo realizaban los hortelanos disfrazados de guerreros.
Luego el Carnaval seguiría sus caminos. Mi pariente, el poeta Bernardo López, en 1867 dejó escrito que: “… comparsas de guitarra al frente y paso magistral y sereno, han dado la vuelta al mundo sin salir de Jaén y como si esto no fuera suficiente, el Carnaval invadiendo la Cuaresma ha lanzado en la tarde del miércoles a las calles y paseos de esta capital esa última farsa – el Entierro de la Sardina- con que la alegría se despide de la alegría misma, dándose cita para el año siguiente…”. “baste decir que Jaén en la tarde este día se lanzó en masa a la calle…”
De nuevo parece haber un cierto interés en recuperar estas fiestas que, gusten o no, sí han tenido su impronta en esta Capital del Reino, que no debe renunciar a tener en su presente los ecos de sus magnificencias pasadas.
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