Jaén

“Hay que potenciar el Carnaval como se hace con otras fiestas”

En 'Históricos y defensores del Carnaval de Jaén', Miguel Villar, miembro de El Cigarrón y Ajopringue, jurado del Concurso y pregonero del Carnaval en 2011

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  • Miguel Villar. -

La relación de Miguel Villar (Jaén, 1965) con el Carnaval empezó de “casualidad”.  Un compañero de clase gaditano le propuso un viaje a la cuna del Carnaval en Andalucía y no lo pensó. “Fuimos a Cádiz en el año 1982. Me gustó mucho. Lo pasé genial”, dice.

Estudió Magisterio Infantil y se especializó en Música. Siendo universitario, por su relación con la Tuna, propuso la formación de una chirigota. En el año 1984, era uno de ‘Los maradones’ que participaron en el pasacalles y actuaron en el Parque. Ganaron el premio a la originalidad y picaresca, dotado con 40.000 pesetas. “En La Carrera había una tienda que se llamaba La Perdiz. Por nada de dinero nos compramos la vestimenta y pelucas.  El último ensayo fue en casa de un amigo. Nos tomamos un chupito de anís y salimos al escenario para darlo todo”, recuerda entre risas.

Ya en el año 1988, estando en la Tuna Universitaria de Jaén, no dudó en “tirar del carro” y montar la primera chirigota con la que salió la Peña El Cigarrón, ‘Los viciosos’, como máquinas tragaperras. “El disfraz fue de los más incómodos”, rememora. Actuaron en el Paseo de las Bicicletas y ganaron el primer premio. “Era una época de mucho ambiente en las calles y en el desfile del pasacalles. El parque de La Victoria era un sitio  ideal y céntrico para la verbena”, explica.

El último año que salió con la Peña fue en 1996 y lo hizo como ‘La trupe del Cigarrón’. Nunca se desvinculó y siguió haciendo letras. “Ganamos primeros premios muy currados. Venían agrupaciones muy buenas, de otras localidades como Bailén y La Carolina, con carnavales de nivel”, explica.

Continuó haciendo letras y música durante muchos años con la Peña Ajopringue, que “nació de un grupo de gente más joven que estaba en la Tuna Universitaria”. Se presentaron como los ‘Made in China’ y ‘Los monaguillos’, con música de su puño y letra. “Siempre he compuesto. He hecho canciones para la Tuna y villancicos para Ajopringue”, afirma.

Voz, compositor y guitarra en las formaciones, Miguel Villar ha sido testigo de la evolución del Carnaval. “He visto sus subidas y bajadas. En los años ochenta había un pasacalles impresionante, con disfraces muy buenos. Más tarde fui a Cádiz y no me sorprendió tanto por lo que había visto antes en Jaén”, apunta.

Uno de los años que “mejor” lo pasó fue en 2007, cuando su chirigota fue de misses. “El Carnaval estaba de capa caída. El Ayuntamiento cedió  el Darymelia y actuamos doce hombres como carros vestidos con trajes de noche y las bandas. Luego fuimos a pubs. Fue muy divertido”, recuerda. Reconoce que en Jaén no existe una tradición de Carnaval. “No ha sido algo nuestro, sino que lo hemos adoptado. Las agrupaciones son imitaciones de las de Cádiz, con acento diferente”, espeta.

Sin embargo, defiende que es “una fiesta con un ambiente divertido”, que le ha aportado muchas vivencias. “Cuando mejor me lo he pasado ha sido en la calle,  viendo disfrutar a la gente. También cantando  en los bares, con una cerveza en una mano y la guitarra en la otra”, dice.

Señala que “hay que potenciar estas fiestas como se hace con otras” y aplaude la iniciativa de este año. “El Carnaval tiene que tener una ubicación y estructura definitiva porque hay mucha gente a la que le gusta”, dice.  

También ha sido miembro del jurado del Concurso. “Las agrupaciones tienen un nivel alto, mucho más de cuando nosotros ganábamos”, reconoce.

En 2011 fue el pregonero. “Fue un orgullo. Me encantó. Me vestí del Condestable Iranzo e hice un recorrido por mis vivencias, con mi guitarra. Me lo pasé genial, pero hubo muy poca gente”, termina. Ante las obras de la plaza de Santa María, pregonó el Carnaval desde   el balcón de la Diputación Provincial.

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