Recuerdo un año más, es imprescindible que todos lo hagamos, que el 27 de enero es el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, auspiciado por la ONU, y Día Oficial en España y en la ciudad de Jaén, por acuerdo unánime del Pleno Municipal.
Una fecha para recordar a los “mártires sin tumba”, que dijera Cohen, asesinados en los campos de exterminio en los que “se fabricaban cadáveres”, como expresó Bensoussan, donde eran sistemáticamente eliminados. Una industria para borrar la huella de la existencia de algunos seres humanos. Millones de asesinatos de forma industrializada, eficiente y sistemática.
Si existe un horror “humano” que recordar por sus dimensiones, es el Holocausto o Shoá. Los que hemos tenido la oportunidad de visitar el Campo de Auschwitz-Birkenau hemos tenido la oportunidad de conocer el lugar donde la maldad humana se hace patente de forma angustiosa. Ver parte de las gafas, cabello o zapatos que se fueron acumulando de las personas que allí llegaban, dónde eran incluso desdentadas si había oro en sus dentaduras. Pisar los andenes donde se apeaban de los trenes, asustados, ateridos y hambrientos, ancianos, adultos y niños que era brutalmente separados y dirigidos directamente hacia la muerte… si existe un lugar que todo hombre y mujer de este planeta debería conocer es, sin duda, Auschwitz.
Una sociedad refinada que ocultaba en su ideología la más cruel de las maldades, capaz de llegar a una aberración que somos incapaces de comprender. ¿Cómo se puede llegar a odiar tanto? La canciller alemana, Ángela Markel, manifestaba esta semana que se trata de “crímenes que superan nuestra capacidad humana de entendimiento”.
Puede parecer que Jaén está demasiado lejos de Auschwitz y que estas celebraciones no van con nosotros, pero nada más lejos de la realidad. Basta saber del Monumento a las Víctimas del Holocausto Giennenses que, con nombres y apellidos, se ubica en la Lonja de la Diputación Provincial de Jaén. Nada más cerca que el siempre peligroso mensaje racista, xenófobo… tan edulcorado como vigilante para impregnarnos de odio contra el “otro” (que suele ser el más débil).
El lunes se cumplen 75 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau. Y Jaén no debería dejar nunca de celebrar esa fecha.
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