Hablaba de derrumbes hace unos días y me quedé con la cosa de tratar más extensamente sobre los solares en el Casco Histórico de Jaén. Un tema recurrente, del que varios colectivos y dirigentes culturales y vecinales venimos alertando una y otra vez, e incluso desde este medio, a través del Proyecto Jaén Genuino, hemos organizado eventos en torno a esta problemática.
En el transcurrir de los años hemos conocido diferentes propuestas para solucionar la espantosa imagen que asola al casco antiguo por la proliferación de vacíos urbanos, así como la todavía más espantosa realidad, para sus vecinos, de tener que convivir con ellos y las incomodidades que conllevan (humedades, alimañas, etc). Desde sugerencias de nuevos equipamientos públicos hasta el fallido proyecto de los “Jardines Secretos”, que no llegó a concretarse porque la cuestión es más compleja de lo que parece.
Por activa y por pasiva, hemos repetido desde IUVENTA, que el primer paso que tenemos que dar, para solucionar una situación que ha llegado a extremos de insostenibilidad residencial y patrimonial, es el de frenar en seco la proliferación de nuevos solares. Solamente desde una política municipal que apueste de lleno por no autorizar nuevas declaraciones de ruina, podremos empezar a plantear soluciones. Cada nueva declaración de ruina conlleva la demolición de un edificio y la generación de un nuevo solar. Si a esto sumamos que en los tiempos actuales la edificación de nuevos inmuebles no es el punto fuerte de la economía, nos encontramos con un vacío que permanecerá como tal años y años.
A esto hay que sumar otras cuestiones relevantes como, por ejemplo, que cada inmueble que se derriba en el Conjunto Histórico es una merma en la imagen tradicional de dichos barrios o que, cada vivienda unifamiliar que se derriba y da paso a un bloque de pisos, incluso anexionando varias parcelas, es una nueva afrenta a dicha imagen. Hay quienes defienden que no pero, sinceramente, basta un paseo por las calles de nuestro casco histórico para dirimir con facilidad quien lleva razón.
Y así, cuando frenemos la generación de nuevos solares, podremos empezar a hablar de que hacemos con los que ya teníamos: jardines secretos, equipamientos o espacios para el esparcimiento colectivo… Incluso la recuperación de algunos de esos solares como lo que fueron siempre, huertos.
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