Operarios de FCC-Jaén trabajan desde el año pasado para controlar y disminuir la actividad del picudo rojo en las palmeras de la capital.
Según datos facilitados por el encargado de jardines de FCC-Jaén, Tomás Piedra, en el término municipal existen alrededor de 800 palmeras y alrededor del 10% están afectadas por esta plaga.
Entre los tratamientos que han puesto en práctica los operarios destaca la ducha de nematodos, esto es, pequeños gusanos, que se aplica sobre la palmera, una guerra biológica que no afecta a la plantación, sino al insecto. “Afecta al sistema respiratorio del picudo rojo, que acaba asfixiándose”, reconoce Tomás Piedra. Cada dos meses se realiza un seguimiento visual y se procede a la técnica, utilizando para ello un camión con brazo telescópico.
Por otra parte, se ha procedido al trampeo del insecto con la colocación de pequeños cubos con feromonas en su interior, que provoca un efecto atrayente al insecto. “El picudo rojo acude porque el olor le atrae y una vez que entra a la trampa, ya no puede salir”, explica.
Este método de captura se está realizando desde principios de este año y se ha establecido un cordón desde Fuente de la Peña hasta la entrada a Jaén por la Avenida de Andalucía, con la colocación de alrededor de cien trampas. “Nos permite controlar en qué parte de la ciudad es mayor la incidencia de esta plaga”, reconoce, adelantando que las primeras capturas señalan la zona Sur como las más perjudicada.
Se trata de una plaga “muy difícil de erradicar” y que ha dañado a palmeras que están siendo tratadas. Según Tomás Piedra, el procedimiento es realizarles una ‘cirugía’ con la motosierra, eliminando la parte podrida. Si la yema de la palmera sigue viva, la plantación sobrevive, pero el plazo para conocer su estado ronda los seis u ocho meses, aproximadamente.
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