Con Y griega

En el adiós al ViejoTestamento del PSOE

Espectáculo, sí, de hipocresía y falsedad por parte de algunos que en vida le negaban el pan y la sal al que lo fuera todo en el PSOE

Publicado: 13/05/2019 ·
21:47
· Actualizado: 13/05/2019 · 21:47
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Autor

Antonio Yélamo

Periodista de dilatada trayectoria, Antonio Yélamo es director de Radio Sevilla, en la Cadena Ser

Con Y griega

La actualidad política, social y económica andaluza analizada desde la A a la Y con el sello personal de Antonio Yélamo

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Resulta enternecedor el espectáculo que se ha generado alrededor de la muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba. Espectáculo, sí, de hipocresía y falsedad por parte de algunos que en vida le negaban el pan y la sal al que lo fuera todo en el PSOE. Rubalcaba significaba para estos que ahora enaltecen su sentido de Estado, lo peor del viejo socialismo que se resistía a considerar que estaba acabado. Según decían, junto con Felipe González, Alfonso Guerra, Manuel Chaves y otros, constituían la vieja guardia que pretendía seguir moviendo los hilos del partido. Formaban parte del llamado “Viejo Testamento” frente otra generación de dirigentes que venían no ya a renovar a la formación sino a hacer una política diferente, un “Nuevo Testamento”, etapa que desde sus inicios quería poner tierra de por medio con el pasado inmediato. Una cínica definición que nutrió numerosos análisis políticos en su época.

Cierto es que desde esa orilla se ejercía el poder suficiente hasta convertirse en una permanente intromisión por no decir, que una continua interferencia ante los acontecimientos y convulsiones internas que vivía la familia socialista. Lo que ahora se consideran sabios consejos que provenían de un viejo zorro de la política, no eran más que ganas de imponer su criterio, marcar la senda a seguir a los que llegan imbuidos en un cierto “adanismo” que les faculta a apelar a un socialismo alternativo. Con ellos ha llegado la verdad, lo de antes, al trastero de la historia. Ese mísero planteamiento ha estado flotando en la atmósfera del PSOE en esta última etapa por lo que, en algunos casos, lo visto estos días, a raíz de su desaparición, más que un lamento eran auténticas lágrimas de cocodrilos, puro postureo de corto alcance, sobre todo, para aquellos que ya saben y conocen lo que a diario se ha venido cociendo en el partido.

No se trata de reivindicar aquí a aquellos dirigentes cargados ya de años y experiencia. Es simplemente, destacar que el PSOE tiene un pasado plagado de personajes que contribuyeron a sus mejores momentos de gloria. Es verdad que la política es como una noria, unas veces estás arriba y otras, abajo. Es así, como la vida misma, pero el desprecio y olvido de los que ahora se sienten fuertes y poderosos debe tener un límite. El de la decencia y lealtad con los suyos. Un respeto.

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