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Monumentos

La ciudad cuenta con una serie de monumentos diseminados por diferentes calles, plazas... que, en nuestro habitual tránsito por ella, nos pasan prácticamente...

Publicado: 21/03/2019 ·
00:02
· Actualizado: 21/03/2019 · 00:02
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Autor

Rafael Cámara

Rafael Cámara es presidente de la asociación Iuventa y comisario del programa de Viva Jaén 'Jaén Genuino'

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Campillejos es un blog que trata sobre la actualidad cultural y patrimonial de Jaén y su provincia

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La ciudad cuenta con una serie de monumentos diseminados por diferentes calles, plazas... que, en nuestro habitual tránsito por ella, nos pasan prácticamente desapercibidos debido a lo rutinario de su visión en nuestros itinerarios.

Uno de los más representativos es, sin duda, el Monumento a las Batallas, en la Plaza de las Batallas (popularmente conocida por generaciones anteriores como “La Guitarra”).  Dicho monumento conmemora las batallas de las Navas de Tolosa y la de Bailén, representadas cada una en un relieve de bronce lateral, dignos de ser admirados con detenimiento.

En dicho monumento figura además un fragmento del célebre “Dos de Mayo” de Bernardo López:

“... en tu suelo virginal, no arraigan extraños fueros, porque indómitos y fieros, saben hacer tus vasallos, frenos para sus caballos, con los cetros extranjeros...”.

Se elevó el monumento en el año 1912, conmemorando el 700 aniversario de la Batallas de las Navas de Tolosa (1212).

Otro es la Cruz del Pósito, en la plaza del mismo nombre, vinculada a una romántica leyenda. Una columna clásica, base romana y capitel corintio, procedente de la Fuente de la Magdalena.

El Monumento a la Inmaculada Concepción, en la Plaza de San Ildefonso. El dedicado al Lagarto de Jaén, recostada la bestia sobre una roca de la que mana el agua de la fuente. El que recuerda a Jacinto Higueras Fuentes, obra de Jacinto Higueras Cátedra. El de Bernabé Soriano, en la Plaza de las Palmeras... o la Cruz del Castillo, de antiquísima tradición y como singular privilegio de las religiosas del Real Monasterio de Santa Clara y desde mediados el siglo XIX, de la familia Balguerías.

Otros, más recientes, como el guerrero íbero que vigila su territorio desde el Cerrete de los Lirios o la escultura, símbolo de concordia, que homenajea a Hasday ibn Shaprut.

Todos ellos refuerzan nuestra identidad como jaeneses y merecen que, de vez en cuando, en nuestros paseos cotidianos, les dediquemos una sencilla parada cómplice en la que nos hagamos preguntas sobre su origen, escudriñemos sus detalles o releamos sus cartelas.

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