Quien a buen árbol se arrima...

Optimismo vital

Dentro de unas horas entra la primavera, y mañana se celebra en España el Día del Árbol, dos momentos que aportan un imaginario interior lleno de fuerza...

Publicado: 19/03/2019 ·
23:59
· Actualizado: 19/03/2019 · 23:59
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Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Dentro de unas horas entra la primavera, y mañana se celebra en España el Día del Árbol, dos momentos que aportan un imaginario interior lleno de fuerza, de vitalidad, de optimismo. A partir de ahora viviremos de nuevo una época del año en que la vida se abre camino insistentemente. Y si bien es cierto que en nuestro entorno no hay una diferencia tan acusada entre el invierno y la primavera, los plátanos falsos de nuestras calles, o los chopos y álamos de las riberas despliegan sus hojas nuevas con el verde más limpio y bonito; los pajarillos se obcecan en sus trinos; las charcas y las fuentes se llenan de sonidos y la atmósfera titila con miríadas de bichillos y vilanos que brillan al sol. Hay una nueva oportunidad. Y esa certeza va creciendo como el rumor que se transforma en rugido.  Una nueva oportunidad para la vida, para todo, incluso para ti y para mí. Ese es el maravilloso efecto de sintonizar nuestro interior al ritmo del resto de la Naturaleza. Siempre es posible el renacimiento, siempre hay otra vez para la vida, aunque a veces no nos imaginamos que la oportunidad que se nos ofrece sea la más insospechada, la más inesperada, la más dolorosa. Y en todo este escenario de vida, el árbol es una pieza fundamental, es el eje de todos los ecosistemas de nuestro paisaje natural, es el soporte, el nódulo donde confluyen muchas rutas vitales, muchas caravanas de organismos, muchos itinerarios de esperanza. Su presencia en plenitud (muchos y grandes) sólo trae beneficio. En el imaginario popular, el árbol además se ha identificado, en todas las culturas, como el eje del mundo, el sentido de la vida, aquello que también sustenta nuestros paisajes interiores. Y juntos, árbol y primavera, sentido y oportunidad, proporcionan el más espectacular escenario para la vida, el optimismo vital más preciado. Toca cuidar con mimo lo que se abre a la vida; hay que dejar atrás las miasmas del rencor, del pesimismo, de la cicatería, y abandonarse a la vida, al impulso incontenible de la vida. Porque se abre paso una nueva oportunidad. Realmente, los seres humanos tenemos cierta ventaja frente al resto de la Naturaleza, porque gracias a nuestra conciencia despierta podemos sembrar, cuidar, cosechar e interiorizar los logros del día a día de nuestra existencia, sin tener que aguardar el transcurso de las estaciones. Y sincronizar nuestros corazones al devenir de cada una de ellas, nos recuerda lo que somos.

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