De Sevilla a Londres… pasando por Bruselas. Ayer el interés informativo tenía varios focos de atención a cuál más candente. En Sevilla se estaba produciendo el debate previo al cambio de gobierno de la Junta de Andalucía con pocas novedades. La oposición ha actuado con contundencia como oposición y los partidos del gobierno lo apoyan, de momento, sin fisuras. Muy enérgica y con frases coloristas y emotivas Teresa Rodríguez ajustada a su programa máximo y contundente Susana Díaz, respondiendo a las vejaciones del día de ayer y hoy, principalmente por parte del candidato Juan Manuel Moreno Bonilla. Debate de nivel entre ambos, aunque con exceso de ¡y tú más! Vuelta a los principios capetovetónicos (Lo característico de la España profunda frente a todo influjo foráneo) por parte de Vox de Francisco Serrano, apoyo sin excesivo entusiasmo del nominado vicepresidente Juan Marín, agria –y sólo con retrovisor- la popular Carmen Crespo y el resultado ha sido el esperado: Un nuevo presidente, con sorpresa, pero que va a intentar quedarse cuatro años.
En Londres, otro debate ponía contra las cuerdas de nuevo al gobierno británico –con una moción laborista de no confianza- tras el resultado histórico del rechazo de ayer al acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea. En 1924 un primer ministro perdió por 166 votos una votación en los Comunes, ayer Theresa May la perdió por 230. Récord histórico en una debacle parlamentaria. Si no hay elecciones, ni segundo referéndum, ni parálisis o prórroga de los plazos del artículo 50 ¿Cuál va a ser la solución? Ni hay mayoría para una retirada sin acuerdo, ni hay acuerdo sobre un acuerdo con la UE. Nadie conoce cuál va a ser la salida a este embrollo. La Unión quiere ser flexible, pero primero tiene que venir a Bruselas una propuesta consensuada y razonable desde Gran Bretaña para que la ruptura no sea caótica. El riesgo es más grande que nunca de un Brexit duro. Hay que destacar que el gobierno español garantiza que los trabajadores transfronterizos y los propios gibraltareños no sufrirán las consecuencias de un conflicto que ellos no han provocado.
En Bruselas, el Parlamento Europeo manifestó en muchas intervenciones en la comparecencia del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, la inquietud por lo que sucedía en Londres y por lo que acontecía en Andalucía con la extrema derecha. Vasos comunicantes de la política.
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