Con el alma en pie

Consejos vendo, que para mí no tengo...

Siempre me ha parecido que la coherencia es un valor que debe preponderar en política. Se puede estar más, menos o nada de acuerdo con principios...

Publicado: 04/12/2018 ·
23:52
· Actualizado: 04/12/2018 · 23:52
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Autor

Ana Tudela

Ana Tudela se declara una mujer liberal en la trinchera social y política desde muy, muy joven

Con el alma en pie

Este espacio es una mirada femenina y crítica a lo que sucede en la capital y a vida municipal

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Siempre me ha parecido que la coherencia es un valor que debe preponderar en política. Se puede estar más, menos o nada  de acuerdo con principios ideológicos,- siempre en el marco Democrático y Constitucional-, pero lo que la gente no puede entender en un político, como en un juez, o en un funcionario, es la aplicación de criterios opuestos para casos similares. Y lamentablemente, la coherencia ya encuentra poco espacio en la vida política. En apenas unos días, quien exigía elecciones anticipadas en el Gobierno de España porque, dice, el actual es un “pacto de perdedores”, se apresta a realizar algo similar en Andalucía, sólo que además no tiene corte alguno en buscar como socio preferente a la extrema derecha. O quien queda tercero se entusiasma y anticipa que se presentará a la investidura, aunque en Cataluña, quedando primero, no tuvo arrestos para hacerlo. También falta coherencia en el ámbito interno de cada partido, donde a veces hay “malentendidos” con quien gana unas elecciones, que no hay con quien las pierde. Falta la coherencia, incluso, en el electorado, que el domingo se queda -en buena parte- en su casa sin votar, y al día siguiente se manifiesta contra el resultado de las elecciones. La coherencia es la savia de los procesos electorales, la que hace que un partido se esfuerce en cumplir lo prometido en campaña, la encargada de impedir que se desentienda de lo realizado los últimos cuatro años. También de eso hemos tenido algún capítulo para recordar; como ese amor apasionado durante la legislatura que, a la llamada del líder nacional se transformó de inmediato en un “siempre te he odiado aunque pareciera lo contrario”. Tampoco es manco el volantazo de quienes siempre gritaban “que gobierne la lista más votada” y hoy coquetean sin problemas con la extrema derecha para demostrar que lo que decían, solo valía para cuando ellos no son la lista más votada. Hay mucho por recuperar y regenerar en política, mucho, -quizás los resultados y la abstención de las últimas autonómicas también aportan una llamada de atención al respecto-, pero tal vez la coherencia sea uno de los valores que es más urgente volver a colocar en la cúspide de la pirámide de la sensatez. Lo de respetar la Democracia, la Constitución o la igualdad  de oportunidades debería darse por sabido; espero que no nos veamos jamás teniendo que exigirlas.

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