Editorial Jaén

Cerco a Castillo

La presión social y política a la empresa Castillo aumenta cada día más y finalmente dará frutos

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Tras la instalación del nuevo sistema de canceladoras instalado en los autobuses urbanos de Jaén, el PSOE vuelve a la carga contra la empresa concesionaria para que se convoque la Comisión de Control y Transparencia y para que una de vez los ciudadanos conozcan las cuentas de un servicio subvencionado y que pagan todos los jienenses a precios muy similares a los de otras capitales de provincia con las que sonroja compararse en cuanto al funcionamiento del sistema de transporte. Mientras tanto, la empresa guarda silencio. Aprietan pero no ahogan. Solo Jaén en Común en este mandato ha sido capaz de enfrentarse a Goliath y hacerle quitar los tornos, que eran ilegales y que el equipo de Gobierno permitía, como se permiten tantas otras cosas. Silencio también sobre la nueva denuncia contra el tranvía. Por muy legítimas que fueran sus razones (que nadie conoce, claro) no lo son menos que las de la oposición y toda la ciudad para controlar un servicio público otorgado en concesión administrativa, máxime cuando la calidad y el cumplimiento de la renovación y modernización de los autobuses ha brillado y brilla por su ausencia. O Castillo entra en el siglo XXI y acepta las reglas del juego, tranvía incluido, o el siglo XXI lo apeará más pronto que tarde.  

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