El pasado martes pudimos disfrutar de una interesante mesa redonda en el Colegio de Arquitectos, como complemento de la exposición del proyecto “Jaén desaparecido III”. Durante la misma pudimos conocer detalles sobre el fondo documental del Laboratorio de Fotografía de la U. de Sevilla que nutre la exposición; la intervención del arquitecto Prieto Moreno en los trabajos de restauraciones tras la Guerra Civil por parte de la Dra. Aroa Romero; y la siempre certera y rebelde intervención del doctorando José Antonio Mesa acerca del Jaén perdido y que destruimos hoy.
Desde el punto de vista de la movilización hubo impecables intervenciones como las de Rafael Cámara (Iuventa) o Marina Heredia (Iniciativas) que complementaron el alegato de José Antonio Mesa. Una “vergüenza nacional” o un “abandono masivo de todas las administraciones” describen el nivel de disgusto o desesperación del debate.
Si bien esta vez la Universidad se hizo presente, promoviendo precisamente la actividad y exposición, no es menos cierto que en otras ocasiones ha formado parte del Jaén desaparecido. El que no aparece ni ayer apareció por esta mesa redonda. El del conjunto administrativo de concejalías diversas y confusas que supuestamente se ocupan del Conjunto Histórico, patronatos municipales, delegaciones de la Junta y partidos políticos que conforman ese Jaén desaparecido de escena cada que vez que se habla de conservación patrimonial.
El Jaén, al que se ha enajenado su Conjunto Histórico hasta hacerlo desconocido, como se hizo referencia, suele criminalizarse en primera y tercera persona como culpable de tanto abandono. Pero el movimiento ciudadano y asociativo estaba allí debidamente representado a través de diversos colectivos que tomaron la palabra. ¿Pero dónde está el Jaén desaparecido? El que tiene por obligación moral y laboral trabajar para el buen estado del Conjunto Histórico.
Ayer no estaban ni nadie los esperaba, están centrados en despilfarrar dinero público en el hormigonado de calles y vallado de solares públicos para abandonarlos. Las mesas redondas del Colegio de Arquitectos han sacado los colores ya a tantos políticos y supuestos responsables administrativos de la materia que el ninguneo, la ignorancia forzada, el desprecio, la criminalización y el silencio se han convertido en la verdadera herramienta política del Patrimonio en esta ciudad. Como si la historia no estuviera grabando en piedra sus nombres; como si creyeran que alguien se olvidará de ellos cuando desaparezcan.
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