La rehabilitación de la antigua iglesia de San Miguel está un poco más cerca. El Ayuntamiento ha aprobado la declaración de ruina urbanística de uno de los inmuebles colindantes, lo que acerca la actuación para sacar del ostracismo a esta edificación del siglo XVI que figura en la lista roja del patrimonio en riesgo que anualmente elabora la entidad Hispania Nostra. En concreto, el expediente aprobado por la Gerencia de Urbanismo, y publicado ayer en el Boletín Oficial de la Provincia, corresponde al inmueble sito en el número 1 de la calle Cuesta de San Miguel, que a partir de ahora queda incluido en el Registro municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas. Ahora se le da un año a los propietarios para que ejecuten obras de emergencia en ese solar, pues en caso contrario el Ayuntamiento recurriría a su expropiación forzosa. Se trata del inmueble que el Ayuntamiento no tenía aún en su propiedad, habida cuenta de que la negociación mantenida no fructificó por las elevadas pretensiones económicas de sus propietarios.
Una vez que se adquiera este inmueble, la intención municipal es la de acometer la rehabilitación tanto de la antigua iglesia de San Miguel como del resto de la unidad urbanística que forman sus edificios colindantes, según han informado fuentes del equipo de gobierno. Desde el PSOE se ha urgido al gobierno local a actuar y se solicitó, sin éxito, acogerse a la convocatoria del Gobierno de España con cargo al 1,5 por ciento cultural, cuya financiación corre en un 70% por cuenta el Gobierno central y el 30% restante, a la administración local, aunque en esta parte también podrían actuar Diputación y Junta.
El PP logró en el anterior mandato financiación para recuperar la iglesia de San Miguel con cargo al extinto Plan Urban. En concreto, el proyecto de rehabilitación contempla instalar el archivo municipal en esta iglesia a través del Urban. Sin embargo, tal y como denunció en su día el PSOE, el gobierno municipal PP dejó sin ejecutar cuatro millones de este plan que devolvió íntegros y desde entonces la degradación y el abandono de la iglesia ha ido en aumento, desde derrumbes parciales hasta incendios y otros daños sufridos.
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