En nuestras manos está el futuro de los próximos cuatro años para Andalucía. El 2 de diciembre estamos llamados a las urnas todos los andaluces y andaluzas y seremos nosotros los que libremente, como lo llevamos haciendo en todos los procesos electorales, de forma madura y responsable, decidamos sobre el proyecto que queremos para Andalucía. La realidad manda y consecuentemente la mejor opción a tomar, si pensamos primero en nuestra tierra, es someter a la consideración de la ciudadanía el balance de la gestión de estos casi cuatro años y la toma en consideración de las propuestas y los compromisos que van a someterse a juicio de la gente. El poder del voto es enorme e increíblemente valioso, porque es un derecho que nos iguala de forma absoluta. La credibilidad y la confianza hay que ganársela y demostrarla. La demagogia y el populismo buscan su granero de apoyos en el cansancio y el hastío de quien peor lo está pasando, de quién no ve soluciones a sus problemas. Cuidémonos de los falsos discursos y de aquellos que se presentan como salvadores de la humanidad, porque la gestión diaria requiere trabajo y esfuerzo. El chantaje político es mal consejero y peor compañero de viaje, por eso, huyamos de quién ofrece pactos de gobierno antes de que se celebren las elecciones. El respeto a la Democracia debe estar por encima de las ansias de gobernar una Comunidad Autónoma que ha demostrado su capacidad para autogobernarse. Los andaluces podemos presumir de ser luchadores, de recuperarnos y crecer a base de esfuerzo y trabajo. No vamos a permitir que nadie nos desprecie por escoger una opción política de forma reiterada. Que el PSOE de Andalucía haya obtenido la confianza mayoritaria del pueblo andaluz, no puede ser objeto de crítica, burla e insulto por parte de los dirigentes del PP. Mal empezamos señores. Guarden las navajas que queda mucha campaña y ya habrá oportunidad de intentar convencer a quienes debemos acudir a las urnas. Hagamos un ejercicio responsable de nuestro derecho a decidir y respetemos la voz que emana de la soberanía popular. Una campaña limpia en la que puedan plantearse las opciones políticas que conformarán el Parlamento de Andalucía. Quien tenga el orgullo de ostentar esa representación, debe hacerlo agradecido y devolver a la gente la confianza otorgada. El 2 de diciembre es nuestra cita. Ahora hablemos de Andalucía.
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