El apego a la tierra que con tanto esfuerzo se trabaja, aún a costa de la propia vida; el sentido de pertenencia a un lugar, los recuerdos entrañables vividos en familia y amigos que se guardan en la memoria, el deseo de rendir homenaje a aquellos que nos dieron la vida y el deber de honrar a nuestros muertos, han calado en el corazón de quien ha tenido la oportunidad de visualizar “Otiñar, un pueblo con amo”. Una historia contada desde el dolor, la desolación y sobre todo, desde el amor a la tierra, desde el profundo agradecimiento a un entorno que es imposible no querer y que ofrece la riqueza de la naturaleza y la belleza espectacular de sus paisajes. Otiñar, a tan sólo unos pocos kilómetros de Jaén capital, encierra una historia de injusticia, de terror y de muerte. La dureza de los testimonios, de las experiencias de las familias y de los descendientes, no puede dejar indiferente a nadie. El coraje, la valentía de las víctimas y de sus familiares tiene un valor extraordinario. Aún hoy, pasados tantos años, el documental recoge que siguen produciéndose amenazas y coacciones contra quien está empeñado en defender su tierra, la que guarda la vida de quien vivió y de quien quiere seguir vinculado a Otiñar. El documental de “Otiñar, un pueblo con amo”, dirigido por Jose Tudela, ha contribuido a que la memoria de quien padeció y sufrió la persecución, la venganza, el odio y la muerte por parte de los “amos”, no quede en el olvido. La voz entrecortada de protagonistas, las lágrimas en los ojos de quien “sólo quiere volver a la tierra de sus antepasados” forman parte de la verdad. Lo que sucedió en Otiñar y la destrucción bárbara de toda una aldea, no han servido para aniquilar las ganas de recuperar este espacio para la gente, de sacar a la luz un episodio casi desconocido para los jiennenses. Historiadores, antropólogos y juristas, como Baltasar Garzón, han prestado su voz, sus capacidades y su compromiso, junto a todo el equipo técnico para la recuperación de una parte de nuestra historia, de la memoria de las 300 familias que habitaron Otiñar y que fueron salvajemente represaliados por la dictadura de Franco. La lucha, la perseverancia y la dignidad de los otiñeros se mantienen intactas a pesar del tiempo, por encima de los escombros, con la esperanza de la recuperación de un espacio y de una historia que debemos salvar, a la que debemos proteger.
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