Las urgencias se acompasan al ritmo cadencioso del Borosa o del Mediterráneo, de una de esas carreteras sin fin de las que emanan espejismos deformes que se pierden en el horizonte crepuscular y no dejan rastro en el calendario. Que nunca falte en las ferias y fiestas patronales, que se suceden estos días en nuestro entorno, el remate de un buen espectáculo de fuegos artificiales. La Diputación de Jaén es la corporación provincial andaluza que más gasta por habitante: 320 euros frente a la media regional que se sitúa en 217. Un dato que acaso ejerza de consuelo al revelar la última entrega de la EPA que Jaén sigue siendo la provincia con más paro. Sube el desempleo en 4.800 casos en el segundo trimestre del año, aunque tengamos 22.700 parados menos que en el mismo periodo del año anterior, y continuemos arrastrando la menor tasa de actividad de Andalucía. La proeza de aspirar a una subsistencia digna entre tanta penalidad nos resitúa en otra evidencia estadística descorazonadora: cada vez somos menos: la sangría incontenible del descenso demográfico. Será por ello que hasta la prestación normalizada de unos servicios domiciliarios tan básicos como la luz y el agua todavía entra en conflicto con la realidad jienense en más ocasiones de las que una sociedad democrática moderna debiera permitirse a estas alturas del siglo XXI. El Consejo de Ministros del pasado viernes aprobaba como infraestructura prioritaria del Plan Energético Nacional la línea de alta tensión 400 KV ‘Caparacena-Baza-La Ribina’ que está llamada a acabar con el aislamiento de gran parte de Andalucía oriental, incluidos los cerca de quince mil habitantes que suman Pozo Alcón, Huesa, Hinojares, Quesada y Larva. Una vieja demanda en vías de solución entre tantas otras que, como digo, por estos pagos languidecen. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, otro histórico déficit de la Jaén rural, sostiene su manifiesta incapacidad para el abastecimiento de agua potable a 13 pueblos/18.000 habitantes de la comarca del Condado. Carencias crónicas cuya solución integral se pospone sine die en una maraña competencial inasumible. Pero como es verano, con todas las consecuencias, y se aproxima, ineluctable, el parón institucional de agosto, tampoco está de más congratularse de los pequeños éxitos del día a día. Como muestra, el botón de Santo Domingo. Paco Reyes y Felipe López suscriben el acuerdo Diputación/Junta, 20%/80%, que permitirá culminar la rehabilitación de la antigua iglesia de Santo Domingo, cerrada desde 1972, cedida en su día por la primera a la segunda, y de la que se beneficiará también ésta para usos culturales y turísticos, según quedará reflejado en convenio añadido. Nada que ver con los tiras y aflojas de titularidad que se suscitaron a propósito de la vieja cárcel, previos a la inauguración del Museo Íbero. ¡Qué fáciles pueden ser las cosas entre administraciones cuando la prioridad partidaria no es el disenso y la discordia!
Javier Márquez, pese a gestionar el ayuntamiento más arruinado de España, es elegido por el flamante presidente nacional del PP, Pablo Casado, para presidir en su nueva ejecutiva la comisión de alcaldes. ¿Quién mejor que el último de la fila para hablarle a Noé del diluvio y ponerse permanentemente de ejemplo de contención y sacrificio? Casado reconoce así el respaldo en campaña, desde primera hora, del regidor jaenero. El desencuentro final entre casadistas y sorayistas al negociar la pretendida integración, deja a los cospedalianos inmejorablemente colocados en el nuevo organigrama de poder del Partido Popular, descollando sobremanera la portavocía parlamentaria de Dolors Montserrat y el control del comité electoral por parte de los dos ex máximos responsables del Ministerio del Interior, Juan Ignacio Zoido y José Antonio Nieto. Así las cosas, con el arenismo –la influencia regional del hasta la fecha incombustible Javier Arenas- herido de muerte, Pablo Casado escenificaba su apoyo a Moreno Bonilla precisamente en Córdoba, el sábado. El abrazo del oso. En discreta segunda fila, José Enrique Fernández de Moya y Javier Calvente asistían atentos a un acto simbólico de espaldarazo cargado de malaje, cinismo y premoniciones.
Agosto asoma con la previsión manida de elecciones andaluzas a finales de octubre o principios de noviembre. Nadie, medianamente informado, lo niega. Adelante Andalucía supera etapas frente a los reparos de la dirección federal de Podemos. Dos pilares del andalucismo de izquierdas, González y Távora, Pilar y Pilar, se acaban de adherir públicamente a la plataforma electoral que encabeza Teresa Rodríguez. Todo llega y todo pasa. Tan cierto como que la luna de sangre del viernes nos supo a poco y que la luna de miel del nuevo Gobierno de España suena ya, irremisiblemente, a pasado.
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