En los clubs de alterne se dan todas las situaciones de explotación de la mujer. Mujeres extranjeras, sometidas a chantaje permanente, desde el engaño en su país de origen; desprotegidas, sin familia, con los móviles controlados, la documentación personal secuestrada y los correspondientes “chulos”, de dueños de lo que para ellos son trozos de carne, a los que sacar la mayor ventaja económica en el menor tiempo posible. El sistema de explotación va desde la humillación permanente a la implicación en venta y consumo de drogas o al control absoluto de la vida de las mujeres –dentro y fuera de los prostíbulos-. La obligación de prostituirse es el primer deber de las mujeres forzadas a una moderna esclavitud, generalizada y poco perseguida, a pesar de la repugnancia que entraña el comercio carnal. En la trata de seres humanos, el número de menores implicadas es muy numeroso.
A ese tipo de establecimiento fueron algunos denominados socialistas a solazarse de sus éxitos o fracasos en su vida política y a gastar fondos públicos de protección y formación de personas desempleadas. Si luego devolvieron o no el dinero gastado es tema menor, porque tampoco se ha acreditado el origen del segundo dinero empleado para tapar el primer gasto efectuado con tarjetas de crédito oficiales de la administración pública andaluza.
No se puede pretender depurar responsabilidades en un artículo periodístico, se trata de establecer una línea roja bien visible ante desmanes de naturaleza abyecta. Empleo de dinero público, asistencia a locales de explotación de la mujer, convivencia, con una venda en los ojos, con la esclavitud del siglo XXI y pertenencia a un partido que tiene, desde su fundación, en la lucha contra la explotación su razón de ser. El Código Ético del PSOE no deja lugar a dudas promoviendo“el ejercicio de las virtudes cívicas de honestidad, transparencia, respeto y responsabilidad”. Se impone pues la cirugía que extirpe esos órganos corrompidos dentro del PSOE. Y sus aliados internos. Sinvergüenzas que consumían lo que le ofrecieran a 42,59 por minuto.
Nunca, pero menos en esta nueva etapa de regeneración democrática, con el trasfondo de una moción de censura, presentada y ganada por Pedro Sánchez por razones éticas, estas conductas –independientemente de la calificación penal - pueden ser compatibles con la pertenencia a cualquier organización política que pretenda cambiar el mundo a mejor.
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