Se equivocan quienes piensen y aconsejen que ocultando las imágenes del estado de la ciudad se hace un favor a este Jaén cada vez más despierto y crítico, a veces con muchísima razón, otras con poca paciencia. ¿De qué sirve que ciudadanos de otras provincias, posibles turistas, no vean la basura acumulada en nuestras calles, si una vez que vengan aquí se van a topar con ella? La solución no es ocultar nuestras miserias, señores del Gobierno popular en el Ayuntamiento, sino hacer que desaparezcan. El nuevo contrato de la basura, adjudicado a FCC con aumento de zonas de actuación, la misma plantilla y un día menos de limpieza viaria está teniendo ya sus consecuencias. Los vecinos, que son quienes viven en sus barrios y recorren sus calles, han visto cómo últimamente, el operario de limpieza ha desaparecido. Ya no hay nadie. Ya no lo saludan por la mañana cuando van a trabajar. Y claro, sus calles están sucias. Esta situación se están dando en zonas como Puente Tablas, San Felipe, El Almendral o el Bulevar. Todo no puede medirse en términos económicos y no se trata de ahorrar, sino de no despilfarrar y ser efectivos. Pero sobre todo, se trata de ofrecer un servicio digno, a la par que es necesario que los vecinos se comporten también con civismo. Si lo primero es Jaén, que lo sea; pero que nunca prime la censura para atraer turistas que se encontrarán lo que todos vemos a diario.
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