Campillejos

Injusticia

Un grupo de amigos del Museo Arqueológico de Yecla (Murcia), visitó el pasado puente la provincia de Jaén, interesados especialmente en el nuevo Museo Íbero...

Publicado: 02/05/2018 ·
23:18
· Actualizado: 02/05/2018 · 23:18
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Autor

Rafael Cámara

Rafael Cámara es presidente de la asociación Iuventa y comisario del programa de Viva Jaén 'Jaén Genuino'

Campillejos

Campillejos es un blog que trata sobre la actualidad cultural y patrimonial de Jaén y su provincia

VISITAR BLOG

Un grupo de amigos del Museo Arqueológico de Yecla (Murcia), visitó el pasado puente la provincia de Jaén, interesados especialmente en el nuevo Museo Íbero. El director del Museo de Yecla, Liborio Ruíz Molina, es amigo del que escribe desde hace bastantes años, cuando tuve la oportunidad de visitar en dos ocasiones esa localidad con motivo de las jornadas sefardíes que en ella se celebraban y en cuya organización estaba el también amigo Salvador Santa Puche. El caso es que, entrando en la cuestión que me lleva a estas letras, el grupo tenía previsto conocer Cástulo y Linares, Jaén capital y la localidad de Úbeda. Conste de antemano que todo les gustó.

Liborio que ya sabía de Jaén capital, decidió dedicar todo el domingo a nuestra ciudad, consciente del patrimonio que encierra. Sin embargo la mayoría del grupo no había estado nunca en Jaén y desconocían completamente que iban a ver.

La primera visita fue al Museo Ibero y su exposición temporal que, aunque temporal, es realmente extraordinaria. Allí fue el arqueólogo Vicente Barba el que deleitó a los presentes con su gran capacidad didáctica y su indudable saber.

Después conocieron el patio y capilla del Antiguo Hospital de San Juan de Dios, los exteriores de la Iglesia de la Magdalena, la Fuente de la Magdalena y la Leyenda del Lagarto. En el recorrido accedimos también el Claustro de Santo Domingo para conocer tan bello espacio. En el Centro Cultural Baños Árabes el tiempo permitió que conocieran sólo el lavadero del antiguo Hospicio, el patio de columnas, el Baño Árabe y la sala de textil y la monográfica de Manuel Moral del, siempre sorpresivo, Museo Internacional de Arte Naíf.

Después el Refugio Antiaéreo de la Plaza de Santiago, el Arco de San Lorenzo y el Salón Mudéjar. Por la tarde la Catedral de Jaén, mostrada por la guía voluntaria María Dolores Barrachina y finalmente los exteriores del Castillo de Santa Catalina y un paseo hasta la Cruz del Castillo. Desde las 9 de la mañana y hasta las 8 de la tarde disfrutamos de semejante batería de monumentos parando solo para almorzar.

¿Maratoniano verdad?. Pues es sólo parte de lo que Jaén ofrece y, es más, de lo que puede ofrecer. Yo lo veo de forma puntual pero los guías profesionales saben que Jaén sorprende por bella e inesperada entre los visitantes.

El caso es que los yeclanos se fueron impresionados y convencidos de que Jaén bien merece una detenida visita. Conste que en su mayoría eran personas cultas y viajadas. El problema lo tenemos en casa dado que somos nosotros mismos, los jaeneses, los que no somos capaces de ver el potencial patrimonial y la necesidad de su puesta en valor, con unos barrios que debieran ser tan bellos como lo que encierran. Cada día estoy más convencido de que Juan Pasquau no se equivocaba cuando escribió aquello de que “una ciudad con balcones en la Catedral, está dispuesta siempre a ver mucho. Y a observar mucho. Y, por tanto, a acostumbrase a todo. Incluso a la injusticia de que no la vean ni la miren con atención”.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN