La situación de decadencia y de precariedad del casco antiguo de Jaén ha vuelto a convertirse en el eje de la vida política municipal, al tiempo que ha agitado la confrontación entre los diversos grupos. El alcalde, Javier Márquez, salió al paso ayer de las críticas que el gobierno local está recibiendo por la supuesta desidia municipal ante la proliferación de derrumbes de inmuebles. Márquez dijo que la situación del casco antiguo “debe ser objeto de un estudio sosegado” ante el problema “complejo” que supone la existencia de infravivienda. “Me parece muy bien que todos los partidos y las administraciones digan que van a crear un programa, que van a ayudar financieramente, pero lo máximo que pueden, a lo mejor, es una determinada subvención”, señaló el primer edil jienense. A su juicio, quienes viven en estos inmuebles en mal estado es “gente que no tiene ni para comer, de manera que por mucho que se le ofrezca el 50, 40 o 30 por ciento de una obra de rehabilitación de una casa, el restante porcentaje que debería aportar no tiene dónde cogerlo y al final pierde sistemáticamente toda posibilidad de subvenciones”. Además, criticó la “dejadez de los propios propietarios, no ya de los que viven, sino sobre todo de los que abandonan los solares”.
Las declaraciones del alcalde avivaron la polémica, por cuanto el PSOE las calificó de “desafortunadas”. al tiempo que afeó a Márquez su “indolencia” para actuar en el casco antiguo. El secretario del PSOE municipal, Julio Millán, señaló en un comunicado que el debate sobre el casco antiguo “ya ha perdido siete años, los mismos que lleva el PP gobernando en la ciudad”, al tiempo que señaló al alcalde, Javier Márquez, que es “quien debe liderar su revitalización y concitar a las administraciones y agentes sociales para darle entre todos un futuro”. Millán censuró las palabras de Márquez porque, a su juicio, “ha dejado entrever que es inútil brindarles ayudas a la rehabilitación de sus casas porque son pobres”. Y aseguró que “los mismos derechos tienen que el resto de barrios de Jaén y de otras ciudades a que se les brinden los recursos y se les den todas las facilidades del mundo para que puedan vivir en un sitio digno”. En su opinión, que el alcalde de una ciudad “cierre las puertas a una parte de sus vecinos para que reciban el apoyo que pueda venir de otras administraciones a la infravivienda es terrible”. Más, según añadió, “cuando él mismo debería preguntarse qué ha hecho para evitar que el centro histórico se encuentre en una situación socioeconómica límite”.
Para Julio Millán, las reflexiones del alcalde denotan “su gran desconocimiento sobre las posibilidades de financiación que ofrece la Junta de Andalucía para la rehabilitación de vivienda”, que contempla hasta un 80% del total de la obra. A su juicio, Márquez “quiere dar una patada hacia adelante al incómodo debate que para el PP es el casco antiguo, por eso zanja con unas declaraciones sobre ricos y pobres poco edificante la situación de la infravivienda”.
Por su parte, el portavoz de Jaén en Común (JeC), Manuel Montejo, también censuró las palabras del alcalde. “Lo que parece mentira que lo proponga un alcalde es la llamada a la gentrificación: vamos a expulsar a los vecinos pobres, culpables de no poder arreglar sus casas y llenamos el conjunto histórico de modernos ricos que estén de mejor ver”,dijo al hilo de las declaraciones de Márquez. En su opinión, “para que la gente abandonara en su momento esos barrios y se fueran a vivir a otros, que durante el boom inmobiliario estaban generando las plusvalías e ingresos sobre todo privados, había que dejar de invertir en esos barrios más humildes. Por ello ha interesado ese modelo de ciudad al gobierno del PP en Jaén. Se trata de una estrategia de desarrollo determinada”, reflexionó Montejo en las redes sociales.
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