La polémica sobre la petición de una Inversión Territorial Integrada (ITI) para la provincia de Jaén, con tres administraciones implicadas, aparte de los ayuntamientos de la capital y de Linares, se ha convertido en el nuevo escenario de la batalla política entre PP y PSOE, o lo que es lo mismo, entre Junta de Andalucía-Diputación y Gobierno central. Sin embargo, la información llega con cuentagotas y cada vez aparecen nuevos elementos que van componiendo el complejo (y a veces tan simple) puzzle de las ayudas europeas. El Gobierno central tiene en marcha ya cuatro programas de estas inversiones: una para la provincia de Cádiz (PSOE), otra para toda Castilla La Mancha (PSOE), otra para Murcia (PP), centrada en el Mar Menor y otra para la provincia de Teruel (PP), detalles todos, salvo el de Cádiz, que se le olvidaron al secretario Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, en sus últimas comparecencias y declaraciones. Además de estos cuatro programas de ayudas, el Gobierno central puede articular otras inversiones nuevas en otros territorios siempre que su situación socioeconómica así lo requiera. Huelga por tanto decir que no dotar a toda la provincia con la ITI y destinarla solo a Linares y su comarca es una torpeza y una falta de respeto a Jaén, algo que todos conocen, saben y ocultan con sus medias verdades, sobre todo el Gobierno central.
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