Jaén

Misionero e histórico Martes Santo

La Hermandad de Jesús Divino Maestro ‘El Lavatorio’ se entrega en su primera procesión de forma humilde y en un ambiente cofrade muy familiar

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  • Momentos de la procesión -

Con entrega e ilusión. Así está viviendo la Hermandad Misionera de Jesús Divino Maestro su primera salida en procesión, desde el centro educativo en el que ha nacido, el Divino Maestro, cuyos alrededores se han llenado de familias que han querido acompañarlos en una soleada tarde de Martes Santos.

Tras diez años de constancia, esfuerzo y trabajo, los hermanos disfrutan de cada minuto, de cada momento cofrade que les brinda este 11 de abril.

El paso de Misterio esperaba en una carpa habilitada en el exterior del centro educativo, por donde fueron pasando los miembros de un largo cortejo procesional formado por más de 150 nazarenos, que con sus túnicas azul noche y sus capas blancas, fueron dando forma al desfile.

La Cruz de Guía, de madera de Jerusalén, anunció la salida, y un grupo de más de cuarenta pequeños acólitos desfilaron con la mejor de sus sonrisas. Este primer Martes Santo, la junta de Gobierno de ‘El Lavatorio’, de la que es Hermano Mayor Eduardo de Miguel Párraga, suma una comitiva en la que no faltaron representantes de cofradías de Pasión y Gloria, miembros de la Agrupación de Cofradías, niños escolarizados y las hermanas misioneras.

Los capataces José Ramón Díaz, José Manuel Alonso y Antonio Revueltas son los ojos de los 40 costaleros que llevan al Señor, muchos de ellos padres de familias de la comunidad educativa. La primera levantá ha sido dedicada a ellos, a unos valientes que tienen por delante un itinerario de más de cinco horas y no exento de cuestas. La segunda, a la hermana María Dolores Crespo, que les acompaña en procesión.

Las imágenes de Jesús Divino Maestro, con túnica de lanilla blanca y mantolín, y el apóstol San Pedro están siendo el centro de todas las miradas, en un paso que incorpora una mesa, la de la última cena, con un mantel réplica del original; un candelabro judío, un bol con frutas, un cáliz, patenas y pan ácimo.

El Lavatorio desfila al son de saetas, entre aplausos, y al ritmo de las marchas de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración.

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