Los contenedores de recogida de prendas de vestir y calzado instalados por Cáritas Diocesana en la ciudad se llenan “cada 24 horas”. Así lo confirma Rafael López-Sidro, que como director de Cáritas Diocesana ha manifestado su “gratitud” a la sociedad jienense, que ha demostrado “confianza” en la empresa de economía social ‘Recuperaciones Redoble’, puesta en marcha para tal fin por la Fundación Cáritas.
Los contenedores se instalaron en la ciudad a mitad de febrero y tan sólo un mes ha sido suficiente para evidenciar el respaldo de los jienenses a Cáritas, conscientes de la labor social y humanitaria que realiza. Dedicada al tratamiento y reciclado textil, la empresa emplea en la actualidad a doce personas, seis de ellas dedicadas en exclusiva a la recogida de prendas de vestir y calzado.
“Cada 24 horas están los contenedores de la capital llenos. Habíamos planteado una recogida alterna día sí y día no, pero hay semanas que tenemos que recoger casi a diario”, reconoce Rafael López-Sidro. En los siete meses que lleva en funcionamiento, la empresa ya ha acumulado casi 200 mil kilos de ropa, unos 1.300 kilos de media al día.
En la provincia hay colocados 30 contenedores, entre ellos los de la capital y, ante tal respuesta, se están planteando la implantación de diez contenedores más en la ciudad. “Al llenarse los contenedores y no haber pasado el vehículo de recogida, personas de las Cáritas de algunas parroquias han recogido las bolsas y las han guardado”, afirma. Con el cambio de temporada, la previsión es que la entrega de ropa y calzado aumente.
A la empresa se incorporarán dos nuevos empleados en mayo y la previsión es que para finales de año sean 20 las personas en plantilla. La ropa llega a la nave de almacenamiento de Linares, donde se separará la ropa en buen estado que puede destinarse a personas sin recursos y a abastecer las futuras tiendas de ropa usada, de aquella que no es reutilizable y cuyo fin último es el reciclaje.
López-Sidro ha confirmado que para finales de mayo quieren abrir la primera tienda de ropa de segunda mano, a la que llegarán las prendas en mejores condiciones, después de haber pasado por un proceso de higienización, planchado, clasificación y etiquetado.
“Queremos que para finales de mayo esté funcionando”, apunta el director, señalando la calle San Clemente como ubicación más probable de la primera tienda, ya que el requisito es que sea comercial.
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