La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) confía en el mantenimiento de los precios del aceite de oliva en el entorno de los 3 euros, aunque sí que prevén posibles tensiones en el mercado ante la bajada de cosecha en otros países productores como Italia o Grecia. En el balance del año agrario, el secretario general de Asaja, Francisco Molina, el gerente, Luis Carlos Valero, y el jefe de los servicios técnicos, Cristóbal Gallego, coincidieron en afirmar que 2016 ha sido un año de parálisis en el sector agrario, ya que “casi 12 meses sin Gobierno han supuesto la paralización de un sistema que ha debido de funcionar de forma autónoma, pero al que nos se le ha permitido avanzar”. Ya con un nuevo Gobierno y una ministra que repite, aseguran que quieren empezar “un nuevo año con ilusión, esperando que Jaén deje de ser una de las olvidadas de las administraciones central y autonómica”. Como temas más destacables en este año atípico, Asaja Jaén destacó la buena producción y comercialización del aceite de oliva, con precios razonables y excelentes salidas al exterior.
También aludieron a problemas en la tramitación de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), aunque no en los pagos, así como en otras subvenciones (jóvenes y modernización). Los olivareros han visto también una reducción de sus impuestos gracias a la modificación del IRPF y el olivar andaluz “tiene al fin la oportunidad de pedir ayudas para hacerse más competitivo y reconvertirse”.
En cuanto a la aceituna, la producción final superó todos los aforos previstos, a pesar de lo cual los precios se mantuvieron a un buen ritmo (3,078 euros por kilo de media) al igual que las salidas al mercado, con una media mensual de 114.000 toneladas de ventas, tanto para la exportación, como para el mercado interior.
La bajada de producción en el resto de países productores de aceite de oliva, convierte a España en la presente campaña, según señaló el secretario general, Francisco Molina, en el “único depósito de aceite de oliva a nivel mundial”. Es por ello por lo que la organización agraria prevé el mantenimiento de los precios actuales e incluso un incremento de los mismos. La preocupación ante este panorama es ver cómo afecta al consumo y si el mismo puede resentirse al optar por otro tipo de grasas más económicas.
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