El político que esquivó la alcaldía por el confort del Congreso

Publicado: 22/06/2016
José Enrique Fernández de Moya / Candidato al Congreso
José Enrique Fernández de Moya (Jaén, 1969) no oculta sentirse aliviado desde que abandonó el Ayuntamiento de Jaén. Ahora, a pesar del desgaste que producen dos campañas electorales en apenas seis meses, a este político se le ve sin la tensión y la angustia permanente que mostraba en su etapa de regidor jienense.  A pesar de que antes de presentarse por segunda vez a la Alcaldía se comprometió a “dar la cara” y quedarse cuatro años en el Ayuntamiento, en noviembre pasado pegó el portazo a la Alcaldía que ocupaba desde 2011 para enrolarse en las listas del PP al Congreso. Fernández de Moya dijo entonces que había sido el partido, y el presidente Mariano Rajoy, los que le habían llamado para formar parte del grupo parlamentario popular, pero lo cierto es que su marcha también tuvo mucho de fuga política. Cambió el calvario de un Ayuntamiento en la ruina por el confort del Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
Ahora, la preocupación de Fernández Moya, presidente provincial del PP desde el año 2000, se centra más en el plano orgánico que en el institucional. En las elecciones de diciembre el PP sufrió un duro revés, con la pérdida de 61.631 votos y 14 puntos porcentuales, perdiendo la hegemonía provincial que lograron por vez primera en 2011. Entonces, como suele ser habitual, la autocrítica en el máximo mandatario de los populares de la provincia fue nula. “Hemos sacado 12 puntos más al PSOE en la capital”, fue la lectura que Fernández de Moya hizo los resultados del 20-D. Si en 2011 pudo presumir de haber sido el alcalde más votado de la democracia en Jaén ( y el techo del PP, con 16 ediles), cuatro años más tarde cosechólos peores resultados del PP en la capital desde 1991, con la pérdida de 12.000 votos.
Aunque es profesor titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Jaén (siempre alardea de que él tiene las espaldas cubiertas) Fernández de Moya lleva más de la mitad de su vida en la política. En 1991 se afilió al PP y tres años después asumió la presidencia de Nuevas Generaciones. Y desde que asumió la presidencia del PP en la provincia, ha sido parlamentario andaluz, senador y, desde diciembre pasado, diputado al Congreso, desplazando hasta el Senado a su principal valedor en el PP jienense, el veterano Gabino Puche. Si el próximo domingo vuelve a obtener su escaño como diputado, Fernández de Moya se enfrentará de nuevo a la disyuntiva de tener que dejar la presidencia provincial del PP, pues los estatutos del partido establecen esa incompatibilidad con la condición de diputado.
Con un discurso de auténtico tecnócrata  (ha sido portavoz en la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas), Fernández de Moya se ha encontrado en estas Elecciones con un hueso con el que no contaba para intentar acabar con la supremacía socialista en la provincia: Las cuentas de la última reforma de la PAC han dejado pérdidas superiores a los 200 millones de euros en Jaén hasta el año 2020. Consciente de que las cifras son irrebatibles, el candidato popular ha tenido que modificar su discurso introduciendo un mensaje casi apocalíptico: “De haber prosperado la tasa plana del PSOE, hubiera sido el rejón de muerte para el olivar de Jaén”, entona una y otra vez en sus mítines por la provincia.
Aunque admite que el PSOE es su principal adversario en la provincia (los dos partidos mantuvieron el bipartidismo en Jaén en diciembre), el discurso del candidato popular en esta campaña viene marcado también por extender el miedo del electorado hacia otras formaciones que él considera extremistas, con principal alusión a Unidos Podemos. Muy activo en las redes sociales y amante de convocar ruedas de prensa casi a diario, De Moya intenta poner en valor la política económica del PP como mejor aval en esta campaña. Ayer mismo defendía en twitter que la estabilidad, el empleo o el crecimiento son virtudes asociadas al PP. Y tampoco tiene rubor alguno, cuando hace campaña por alguno de los 97 pueblos de la provincia, en incluir en su particular balance de gestión la cifra que el Gobierno central paga por pensiones en cada pueblo.  Son las cuentas de la lechera, le reprochan sus contrincantes políticos. Lo que parece claro es que, sean cuales sean los resultados del próximo domingo, Fernández de Moya hará la lectura más ventajista posible para el PP. Él nunca perderá.

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