Parece que poco a poco comenzamos a dejar de mirarnos el ombligo y a aprovechar las oportunidades que la historia nos ha puesto delante de las narices, no como un castigo divino, sino como una herramienta, una oportunidad. Hablamos, claro, del aceite de oliva y de que somos sus primeros productores, lo que nos ha llevado a conocer un poco sobre esto del sector oleícola. En esas andábamos cuando Ferias Jaén comenzó a plantearse, a finales del pasado año, y tras algunas ofertas recibidas, exportar la mayor feria de aceite de oliva e industrias afines a otros países. De aquel primer anuncio cauto, casi velado, para ver cómo reaccionaba el propio sector y tras una respuesta positiva (sorprendente para muchos) y muy pocas voces en contra, Ferias Jaén está a punto de ultimar un acuerdo para gestionar una feria como nuestra Expoliva en Méknes, una gran ciudad marroquí, que fue capital en su tiempo, y que concentra en su protectorado la mayor tradición y producción de aceite de oliva de su país. Repiquen con fuerza las campanas ante una nueva oportunidad de negocio para Jaén y su sector olivarero y tejan coronas de laureles para quienes osan emprender, arriesgar, innovar, crecer en fin, en esta provincia de eterno barbecho productivo.
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