Fue en el anterior mandato cuando el exalcalde José Enrique Fernández de Moya descartó una importante inversión para la capital de las partidas de la Junta de Andalucía para construir carriles-bici. Los argumentos, además de peregrinos rozaban la sorna hacia IU, que fue el partido que entonces programó estas inversiones. Independientemente de necesidades más urgentes para la capital, no dejaba de ser inversión pública que venía a Jaén y, cuidado, entonces no se habló nada al respecto, y empleo para crear esa red de vías para bicicletas. Poco o mucho, pero empleo. Apenas tres años después, Fomento está empeñado en dotar a Jaén de una necesaria y segura infraestructura viaria para los cada vez más aficionados a las dos ruedas sin motor, para los ciclistas, que tantas muertes han sufrido en carretera (también hay que pedirles que respeten los semáforos y las paradas, que también están para ellos) y con la apertura del itinerario entre la capital y Mancha Real, Jaén se sitúa en la vanguardia de Andalucía en este tipo de iniciativas y a la cabeza de España, donde hay pocas ciudades que disfrutan de esta oferta deportiva y de ocio. Y es que es necesaria sensibilidad y sensatez política, algo que se echa en falta en muchas ocasiones.
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