Casi habíamos perdido la esperanza en esta tierra, capital y provincia, de que alguna infraestructura, obra mayor o menor pudiera hacerse antes de diez años. Pues parece ser que sí, que con voluntad y una partida presupuestaria cuyo fin es el que aguanta el papel, se puede. El edificio que ayer inauguró el ministro Luis de Guindos, que ya ha visitado en más ocasiones la capital que el jienense Cristóbal Montoro, y que la Universidad de Jaén destinará a espacio para apoyar el emprendimiento y para estrechar lazos entre la UJA y el tejido empresarial jienense, es un claro ejemplo de ello. En apenas un año, el antiguo inmueble que albergara la Escuela de Magisterio se ha convertido, gracias a una subvención del Ministerio de Economía a la que concurrió la UJA a través del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario, en un esperanzador espacio para el futuro de cientos de empresarios y universitarios que buscan emprender en pleno centro de la ciudad, dando lustre a aquella manzana de oro, que comenzaba a pudrirse entre el barrio olvidado de Las Protegidas y el sempiterno Museo de Arte Ibero. Puede por tanto y queda sobradamente demostrado emprender (nunca mejor dicho en este caso) una obra en esta ciudad sin que pase una década y decenas de páginas de reproches políticos, aunque también los hubo en este corto espacio de tiempo.
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