Se está retrocediendo en muchos de los avances que se creía haber conseguido cuando los astros estaban alineados y el gobierno de la Junta decía que apoyaba el despegue de la ciudad por primera vez en la historia y por lo visto sin que sirviera de precedentes. La crisis ha dado al traste en los últimos años con la mayoría de los compromisos adquiridos, una amplia relación de proyectos que sigue inmaculada, el dichoso tranvía fue lo único que se salvó del fracaso y es ahora una pesada hipoteca para los intereses de esta ciudad. Una de las promesas de la Junta años atrás, incluso antes de la luna de miel que ya es solo recuerdo, fue la actuación integral en Las Protegidas, nos iban a convertir la antigua y deteriorada manzana en un espacio atractivo y moderno, compatible con su catalogación como arquitectura modernista, que en su momento provocó división de opiniones en la ciudadanía: al mismo tiempo expectación y recelo, porque no era posible un regalo semejante para una ciudad de siempre preterida. Pasado el tiempo, la inversión millonaria se ha quedado y se quedará en cero euros, mientras tanto en las viviendas de Las Protegidas no se puede actuar porque es zona distinguida. Una especie de BIC sin llegar a serlo, y a todo esto el barrio se cae a pedazos y los vecinos siguen atados de pies y manos porque la política protectora de la Junta es la del perro del hortelano, ni procede ni deja proceder. Es perfectamente imaginable la impotencia de las ciento de familias a las que se les han cerrado todas las puertas. Y lo peor de todo es que ya no están visibles los responsables políticos del despropósito para que al menos les pudieran salir los colores.
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