Esta “emergencia social” no lleva camino de frenar su escalada, al contrario ofrece un dibujo escalofriante de la pobreza en Jaén.
Cáritas Diocesana acaba de hacer públicas cifras de sus actuaciones en el pasado año donde recibieron algún tipo de atención más de 160.000 personas con rostro, que es un dato significativo de la labor de esta institución de la Iglesia que ha ido aumentando su imagen social como consecuencia de sus actos, ya que sólo en la provincia invirtieron casi cinco millones de euros en dar respuesta a las necesidades de las familias, con el respaldo de las aportaciones de los propios jienenses ya que las diferentes administraciones o no colaboran con esta acción o mantienen deudas que lastran finalmente una tarea que no admite demoras. Mientras los políticos en algunos casos, sin ir más lejos en el Parlamento andaluz, siguen haciendo caso omiso a sus obligaciones para con la sociedad y se ponen todos de acuerdo para subirse los sueldos, en un espectáculo bochornoso en un momento clave de la pertinaz crisis, instrumentos como Cáritas tratan de movilizar recursos y la solidaridad de la gente para que esta situación de angustia social, tan profunda y tan duradera, que sigue haciendo estragos en miles de familias, en especial las que se encuentran en situación de desempleo, se amortigue en todo lo posible, empezando por los colectivos cada vez más vulnerables. Hasta ahora donde no llegan las administraciones logran hacerlo las instituciones humanitarias como Cáritas, pero van a seguir haciendo falta medios porque esta “emergencia social” como se le ha considerado, no lleva camino de frenar su escalada, al contrario ofrece un dibujo escalofriante de la pobreza en Jaén.