Vecinos del casco histórico de Jaén han realizado una serie de alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) entre las que se encuentra la ampliación de las instalaciones del instituto de enseñanza secundaria San Juan Bosco de la capital, ya que consideran que hay que revitalizar la parte más antigua de la ciudad y que, de no ser así, lo que se hace es "echar agua al motor del progreso", según ha aseverado a Europa Press el presidente de la asociación de vecinos Arco del Consuelo, Antonio Lozano.
De este modo, los vecinos creen que podrían construirse nuevas dependencias del centro educativo en la zona denominada APA III, donde se halla un solar de gran extensión junto a la Iglesia de San Juan y de San Andrés y donde hay "espacio suficiente para la edificación del instituto e incluso para las zonas deportivas y ajardinadas". Plantean que las nuevas instalaciones podrían tener hasta tres plantas y que las actuales, en Millán de Priego, podrían albergar las oficinas administrativas del instituto.
Asimismo, Lozano ha mostrado su interés por que el casco antiguo "siga siendo lo que era" y ha pedido a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento "que se dejen de cuentos y que se sienten a dialogar", pues, según ha continuado, si no fuese la zona propuesta la adecuada para construir, "que se busque otra, puesto que hay muchos solares y casas en ruinas". "Si hay voluntad política, aparece el dinero", ha sentenciado.
En esta línea, ha expresado que "la Junta no reconoce la necesidad de construir el centro educativo en el casco histórico", aunque, ha explicado, la construcción de su competencia, si bien el terreno tiene que cederlo el Ayuntamiento de Jaén. Los vecinos creen que las administraciones están "tomándoles el pelo".
Al respecto, ha indicado que "pocos solares han sido objeto de más triquiñuelas", y es que, esta zona de la ciudad, "tanto en tiempo de bonanza como de crisis, ha sido objeto de mentiras y dilaciones". Tal y como ha recordado, "desde que se derribaron las ruinosas viviendas de dicho solar, éste ha sido "moneda de cambio", y es que, el "Ayuntamiento cedió el terreno para la construcción de un campo de fútbol, más tarde se quiso construir una mini residencia de ancianos, que no prosperó, y, a continuación, una organización juvenil, en 1998, propuso un albergue".
Los jóvenes lograron su objetivo al ser atendido por el pleno de la corporación municipal, que votó de manera unánime, pero, sin embargo, el Consejo Económico y Social (CES local), en otoño de ese mismo año, rechazó la propuesta considerando más conveniente la edificación de una biblioteca". "Nada de esto se ha hecho y llega un momento que cabrea", pues los vecinos consideran que las administraciones "no tienen el coraje de sentarse con ellos delante y poner las cartas sobre la mesa", como ha concluido.
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