Podríamos empezar la puesta en escena del Real Jaén con el título de una película a modo de símil o metáfora. No es otra que aquella que dirigió Bryan Singer y que en España se tituló Sospechosos habituales. Un thriller como el inicio del partido del equipo de Roberto Peragón que si saltó al campo fue después del 1-0 cuando Manu Hita abría el marcador al controlar un balón a la espalda de la defensa para batir a Javi Sánchez. La misma historia y que situaba al Real Jaén en ese pasillo de nuevo para tener que remontar un partido más para ganarse el indulto como si estuviera en ‘La Milla Verde’, esa antesala de las ejecuciones de los reos a ser ejecutados en la silla eléctrica o con otro procedimiento. Y es que el Real Jaén se ha abonado a arrancar con una torrija encima y tener que volverse propositivo justo después de ponerse por detrás en el marcador.
Con el 1-0 en contra y también parafraseando al cine con ‘Uno de los nuestros’ fue una jugada de Óscar Lozano la que le puso a Juanma Porro un balón para que la enviara a la red de manera que David García no pudiera alcanzar el balón. Minuto 8 y todo volvía a estar como al principio del partido, donde las ausencias de Juanfran en el Torredonjimeno y la de Mario Martos, en el Real Jaén, era lo más destacado para filmar una nueva historia en la que los blancos sí que tuvieron verticalidad, pero la reacción tosiriana equilibró un partido en el que el equipo de Agustín Gutiérrez quería tener un partido con final feliz como en ‘La vida es bella’. Pero el Real Jaén comenzó a llegar de nuevo a la media hora de juego por mediación de Migue García cuando los locales estaban más asentados en el terreno de juego.
Esa acción del extremo jiennense fue de lo poco potable de un Real Jaén que en los últimos minutos parecía que era una víctima de Anthony Hopkins en ‘El silencio de los corderos’. Y es que el juego era así, silencioso en un equipo que solo supo levantarse pronto del golpe de Manu Hita y que poco más propuso salvo en la banda donde Lozano era el principal estilete y el que más y mejor proponía, como el equilibrio que Juanma Porro le daba a la medular jiennense. Pero poco más, aunque los locales se contagiaban porque con el balón en los pies no tenía tampoco una tarde de esas en las que la necesidad por puntuar no le hacía tirarse con ansia al ataque como en el primer minuto.
El paso por los vestuarios hizo bajar la claqueta de nuevo para la segunda parte. Rentero la tuvo como Manu Hita demostró en el primer tiempo, pero esta vez sin castigar al Real Jaén con un gol en contra. Esa sacudida de los locales comenzó a despertar a los de Peragón en un partido donde Adri Paz volvía tomar la manija del partido en el que fuera su campo y conectaba con Lozano, pero se protegía bien el Torredonjimeno con buena disciplina defensiva e impedía que los de morado en este partido no fueran capaces de rematar entre los tres palos, pero si que generaban situaciones de peligro, algo muy distinto a las ocasiones reales de peligro. Una película o una serie, que están más de moda, ya conocidas por los aficionados del Real Jaén desde hace años, como las intervenciones de Javi Sánchez, como la que realizó en el 54 de partido. El Padrino II fue Adri Paz al ejecutar un penalti clarísimo a Javi Moyano dentro del área al que le había prácticamente placado.
Migue García con un balón de esos envenenados pudo deshacer el empate, pero David García actuó como Spiderman para agarrar la pelota. Era el que más opciones tenía en el Real Jaén ante la ausencia de balones que le pudieran llegar a la referencia en ataque ayer, Agus Alonso. Ese juego estéril del Real Jaén le parecía hasta cómodo al Torredonjimeno, que no sufría casi nada y buscaba la contra, pero el equipo estaba cansado y Agustín Gutiérrez refrescaba a los suyos para tener un impacto al contragolpe que le diera algún rédito. Pero fue Curro, que también entró en el Real Jaén el que tuvo la verticalidad para ponerle un centro a Alonso que estrelló su remate al lateral de la red. Se había rearmado el Real Jaén con un estilo de jugar por fuera y no tanto por dentro con la velocidad de Curro y Lozano. Al final fue Mauro, de nuevo en la salida de un córner, que es donde el equipo de Peragón genera realmente peligro. El central le daba la vuelta por sexta ocasión esta temporada a un partido y se convertía en El Padrino con el tercer tanto que firma esta temporada para salvar al Real Jaén en un territorio complicadísimo para los de la capital.
El tercer tanto fue la sentencia a un partido en el que el Real Jaén descubrió a un Curro también fantástico por su forma de encarar. Un segundo tiempo diferente, como esa película que se titula Cadena Perpetua y que tiene una huída de la prisión, esa en la que el Real Jaén lleva ocho años y que tiene que poner un poco más en los primeros 45 minutos para no sufrir tantísimo y tener que ir remontada a remontada que con la del Matías Prats firmó la sexta.
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