Cuenta la leyenda que hace más de 25 años había un grupo de amigos que amaban el atletismo sobremanera. Se calzaban aquellas zapatillas donde la cámara de aire era un lujo tenerla y se instalaba en la vida del deportista. NO había placa de carbono y tampoco una tecnología para correr de esas que hoy se pueden tener al alcance. Será que la Inteligencia Artificial no había llegado para reparar en lo que supone juntarse con los que no son familia tuya, pero si te paras a pensarlo quizás son de la misma sangre, esa que tiene el veneno de hacerse unos kilómetros.
Esa sangre de atleta, de runner que se dice hoy, tenía un motivo más allá de entrenarse. Era, como es hoy, 25 años después un día de pasión desmedida por la amistad, por un deporte en el que sí se hace equipo y sí genera tantas amistades como para tener que organizar una carrera. Como es entre amigos, no es necesario que sea competitiva porque los ritmos se los marca cada uno y si no puede, se espera al que va más justo.
Y es que la Carrera de los Puentes y la Asociación Deportiva Maratón llevan impresos en sus entrañas más de 25 años juntos. Un tú a tú que comenzó con una simbología que entraña solo el hecho de correr, la magia de la amistad y la humildad de un esfuerzo para, simplemente cruzar la línea de meta. Pero no una línea con un fin de carrera en un lugar cualquiera de alguna calle. Es la línea de meta de la pista de atletismo Ángel Cortés, un icono de este deporte en la ciudad de Jaén que tiene ganadores. Precisamente, ayer fueron 250 los que ganaron la Carrera de los Puentes. Y porque no puede haber más dorsales por motivos de seguridad.
La medalla y el premio es mucho más que una bolsa del corredor. Es esa satisfacción indescriptible cuando se cruza la línea de meta. En una sonrisa tras un esfuerzo de los que demandan los 19.200 metros que marcaban los relojes al cruzar la meta. Se hablaba de que eran 18, pero es que hace 25 años no se podía medir como ahora con los gps que tenemos, pero sí que hay una cosa detrás de esta carrera que perdura. Más allá de la tecnología, de las zapatillas voladoras o de los relojes que te marcan el pulso. En esta carrera hay amor, humildad y un derroche de familia en mayúsculas, la que el Club Atletismo Maratón pone cada año en su organización y la que el resto de clubes jiennenses que estuvieron presentes abrazan para decirse entre todos que