Cuatro siglos después de su diseño clásico de salón, la Alameda es uno de los parques más queridos y visitados por los jienenses. Conserva las vistas más evocadoras del Jaén sereno y vetusto desde el mirador donde se ubicara el campo hípico (hoy en obras) y, como antaño, sirve cada día para que cientos de vecinos paseen entre su diversa vegetación, entre la que destacan, como sucediera con el parque de la Concordia, abetos, cedros, pinos, cipreses y tuyas. Entre las caducifolias no faltan los falsos plátanos, moreras de papel, árboles del amor y piazos. Pero quizá la mayor riqueza la aporten los olmos viejos, algunos con 85 años, que resistieron a la última remodelación que sufrió la Alameda, en los años setenta, cuando se pavimentó todo el parque. Ahora, el jardín clásico de la ciudad espera una nueva remodelación, una mueca más en la larga historia del espacio ajardinado púb
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