Los controles de alcohol y drogas realizados por la Policía Local y la Guardia Civil de Jaén se han intensificado durante el puente de diciembre y han dado como resultado un número considerable de denuncias. De los 39 conductores a los que se les ha realizado un test salival para comprobar la presencia de estupefacientes en el organismo, 11 han dado positivo, es decir más del 28%.
Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico también han realizado pruebas de alcoholemia a 2.523 conductores en las carreteras de la provincia. Del total de conductores sometidos a los controles de alcohol, 8 de ellos han dado resultados positivos, lo que supone un porcentaje del 0,32%.
En la capital, la Policía Local ha tramitado propuestas de sanción en seis de los 184 casos, a los que hay que añadir la puesta a disposición judicial de otro infractor como sospechoso de un delito contra la Seguridad Vial, al superar la tasa de 0,6 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Según informó la Subdelegación del Gobierno de Jaén, “los controles se han realizado tanto en horario nocturno como en horas del mediodía para que resultaran disuasorios en la ingestión de bebidas alcohólicas en las comidas”.
Confirmaron que “un aumento del número de controles policiales lleva aparejada una reducción en el número de accidentes con víctimas”. Según datos del Observatorio Europeo para la Seguridad Vial, alrededor del 25% de todas las muertes en carretera en Europa están relacionadas con el alcohol, mientras que, aproximadamente, sólo el 1% del total de kilómetros recorridos son conducidos por personas con 0,5 gramos por litro de alcohol en la sangre o más.
A medida que la concentración de alcohol en la sangre aumenta en la persona que maneja el vehículo, la tasa de incidencia de accidentes también se incrementa. En comparación con un conductor sobrio, la tasa de incidencia de accidente de un conductor con una tasa de alcoholemia de 0,8 gramos por litro (siendo este el límite legal en 3 de los 25 estados miembros de la UE, en España es 0,3 gramos por litro), es 2,7 veces mayor que la de un conductor sobrio.
Cuando un conductor tiene una tasa de alcoholemia de 1,5 gramos por litro, su tasa de incidencia de accidente se estima que es 22 veces mayor que la de un conductor sobrio.
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