Tenemos este domingo una nueva cita con las urnas. La realidad es que no tocaba sino que era el momento para centrarnos en las elecciones municipales y europeas pero, una vez más, un Gobierno del PSOE ha adelantado la cita electoral. A pesar de que aún quedaba algo más de un año de legislatura, los españoles estamos llamados a participar en unas elecciones generales democráticas tras una legislatura bastante convulsa.
Se da la casualidad de que en el año 1996, el PSOE de Felipe González tuvo que acortar la legislatura y adelantó las elecciones acorralado por la corrupción. Más tarde, en 2011, el PSOE de Rodríguez Zapatero tuvo que acortar la legislatura y adelantó las elecciones acorralado por la crisis económica. Y ahora, el PSOE de Pedro Sánchez ha tenido que acortar la legislatura y ha adelantado las elecciones acorralado por el independentismo catalán.
Cualquier elección es importante y decir que ésta lo es más que cualquiera de las anteriores es caer en el mismo error de todas las citas electorales previas. Pero no se puede discutir que los españoles tenemos este domingo en nuestra mano decidir el rumbo de nuestro país en los próximos años.
Las encuestas dicen que el PSOE recupera votos y escaños como consecuencia de la caída de Podemos a la vez que el PP pierde escaños principalmente por la fuerte irrupción de Vox. Las encuestas ni siquiera se han acertado a los resultados definitivos en las últimas elecciones que se han celebrado en cualquier ámbito, por lo que deben ponerse más en cuarentena que nunca.
Más allá del tópico, España se juega mucho este domingo y cada vez está más claro que no es lo mismo votar a un partido que a otro porque, además, ya no solo hay que pensar a quién se vota, sino los aliados de ese partido de cara a poder conformar gobierno.
Y no es baladí eso porque la legislatura que ahora termina empezó un año más tarde tras tenerse que repetir las elecciones al no alcanzar ningún partido apoyos suficientes para superar la investidura y tras un intento de Pedro Sánchez junto a Ciudadanos que Podemos frustró.
Si fuera poco, la legislatura pegó un volantazo a mitad de recorrido tras la moción de censura que presentó Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos, los independentistas catalanes y los terroristas de Bildu. Una coalición que puede ser la única que permita de nuevo a Pedro Sánchez llegar a La Moncloa.
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