Ya está aquí 2019, un nuevo año que sumar a nuestras respectivas vidas. Llega un nuevo año en el que no sólo será nuevo el año, sino que también lo será en la gestión política. Un 2019 en el que habrá elecciones municipales de la que salga una nueva Corporación municipal y, quien sabe, si un nuevo alcalde.
Lo que sí es seguro es que vamos a estrenar año casi a la vez que vamos a estrenar el primer Gobierno andaluz no socialista. Si cualquier año nuevo nos abre las puertas de la esperanza y la prosperidad, este 2019 parte, a priori, con una clara ventaja sobre el resto de sus antecesores.
Una ventaja menos para los cientos de enchufados en la Junta de Andalucía que, tras creerse que estarían allí toda la vida trabajando (y no precisamente por haber aprobado una oposición) que ahora comprobarán en sus carnes la estela de su Gobierno.
Es decir, esos cientos de enchufados en cargos, instituciones, agencias… ahora van a sufrir en sus propias carnes lo difícil que es encontrar un trabajo en esta tierra, los problemas que tienen determinados colectivos para ganarse la vida y lo que se sufre sin saber si a final de mes se podrá tener todo pagado.
Este enero, además de estrenar los regalos de Reyes, estrenaremos un nuevo Gobierno en Andalucía, el primero que no está presidido por el PSOE desde que vivimos en democracia. Nuevo Gobierno con nuevas personas, nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevos retos.
Los problemas seguirán siendo viejos pero al menos se abre la esperanza de que puedan, de una vez, ser solucionados o atendidos. Pero este cambio puede no ser el único en este año repleto de citas electorales.
Al ya de por sí siempre complicado tablero municipal que ya sabe bien lo que son los pactos y la fragmentación (de hecho ahora mismo hay 5 partidos y un concejal no adscrito) se le suma ahora una nueva oportunidad sobre todo para PP y Ciudadanos si saben poner en valor su llegada a la Junta. Sin duda alguna, un Gobierno andaluz de Juanma Moreno es un empujón bastante grande para Germán Beardo, quien desde que fue nombrado candidato no ha escatimado tiempo ni esfuerzos en intentar recuperar la Alcaldía para los populares.
Del acierto o no de Ciudadanos en nombrar a su cabeza de cartel dependerá si todo el viento a favor lo recoge Beardo o si se reparte. Lo cierto es que el extripartito ahora bipartito cada vez más reducido y cambiado tiene otra difícil papeleta contra la que luchar. El año del cambio está por empezar y no serán pocas las curvas. Pero seguro que no necesitamos biodramina.
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