Un total de 4.157 personas han visitado a lo largo de 2020 el Dolmen de Soto de Trigueros (Huelva), una cifra que supone un descenso del 66 por ciento respecto a 2019 debido a la pandemia y las restricciones de movilidad.
Así, según han informado a Europa Press desde la Junta de Andalucía, el Dolmen de Soto ha contabilizado 4.157 visitas frente a las 12.706 de 2019. Así, en 2019 los meses de febrero, marzo y abril fueron los que registraron un mayor número de visitas debido, principalmente, a la asistencia de grupos de escolares.
No obstante, en 2020 destaca que en enero se contabilizaron 699, cifra que casi se duplica en febrero con 1.348 y que baja en marzo hasta las 397, pero hay que tener en cuenta que el 14 de marzo se decreta el estado de alarma, lo que conlleva un posterior confinamiento.
Así, este emblemático espacio permanece cerrado desde el 13 de marzo hasta junio y en julio se reabre alcanzando un total de 247 visitas, teniendo en cuenta que también estuvo cerrado algunos días por conservación preventiva.
En agosto el Dolmen de Soto --incluyendo los visitantes registrados de las actividades Lunas de Soto organizadas por el Ayuntamiento de Trigueros, y al estar cerrados algunos días por conservación preventiva-- alcanzó las 510 visitas. Del mismo modo, en septiembre se contabilizaron 311 visitas, 420 en octubre y 128 en noviembre, descendiendo a 97 en diciembre.
MÁS DATOS DEL DOLMEN
El Dolmen de Soto es el monumento prehistórico más importante de la provincia, uno de los de mayor tamaño de Andalucía y de los más impactantes ejemplos del neolítico en el sur de la península. El dolmen se encuentra ubicado en la finca 'La Lobita' en término municipal de Trigueros (Huelva) y es una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental.
Datado entre el 3000 y 2500 a.c., el Dolmen de Soto es un monumento megalítico funerario de corredor de la Edad de Cobre. Además, forma parte de las construcciones dolménicas del occidente europeo y puede ser clasificado dentro del tipo de corredor y cámara en "V". Se halla cubierto por un túmulo y tenía un anillo perimetral de piedra que lo delimitaba.
Su estructura está conformada por una serie de dólmenes sucesivos formados por pilares como soportes verticales y losas de cubierta, todos ellos de arenisca y pizarra, y también de caliza y conglomerado de la zona, aunque de algunas de ellas la cantera más cercana se halla a unos 40 kilómetros de distancia, como en Tejada (Paterna-Escacena del Campo) y son de grandes proporciones y peso.
Con 20,90 metros de largo, es unos de los de mayor longitud de la península y el mayor de la provincia, lo que lo singulariza respecto a los demás dólmenes conocidos de Huelva. Su altura interior es igualmente considerable desde los 1,45 metros de la entrada, que progresivamente va en aumento hacia la cámara, donde alcanza los tres metros. El pasillo o corredor a cuatro metros de la entrada se estrecha mediante el enfrentamiento de dos ortostatos formando como una puerta de acceso al área que llega hasta la cámara.
Los numerosos grabados que enriquecen sus paredes constituyen uno de los más importantes conjuntos simbólicos de la Península Ibérica y se hallan constituidos por simples líneas, cazoletas, "puñales", ídolos, figuras antropomorfas y otros signos.
Una de las particularidades constructivas más relevantes es su orientación hacia el este, coincidiendo su acceso con los ortos solares en los equinoccios de primavera y otoño. Esta intencionalidad constructiva indica aspectos cruciales respecto a la observación astronómica y su uso ritual. De esta manera los primeros rayos de sol en el equinoccio, avanzan por el corredor y se proyectan en la cámara durante unos minutos, en un rito donde quizás los difuntos renacían de la vida de ultratumba, bañados por la luz solar.
La propiedad del Dolmen de Soto es pública, dependiente de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que lo adquirió en 1987. Declarado Monumento Nacional en 1931.
En los años 80, un proyecto de recuperación y estudio de los megalitos onubenses, llevó a los investigadores a iniciar los trabajos de información arqueológica para la restauración del Dolmen de Soto.
En 2008 se concluyó la primera fase de la puesta en valor de este monumento, tras unas investigaciones que lo situaron, por su anillo perimetral de más de 80 metros, como una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental. En este estudio se pudo fijar mediante dataciones de carbono 14, la fecha de su construcción hacia finales del tercer milenio.
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