El Ayuntamiento de Huelva, desde la Concejalía de Hábitat Urbano e Infraestructura, acaba de terminar una actuación centrada en la instalación de pavimento tanto táctil como direccional en la Plaza de El Punto y la Gran Vía. Como ha explicado la concejala responsable del área, Esther Cumbrera, “con esta obra hemos dado respuesta a una demanda de la Organización Nacional de Ciegos, la ONCE, habilitando un circuito accesible que garantiza trayectos seguros en un enclave muy transitado por personas invidentes al ser paso obligado hacia la sede de la entidad en la cercana Alameda Sundheim”.
Esther Cumbrera ha señalado que “nuestra intención es lograr una ciudad en la que tengamos cabida todos, y para ello, debemos tener en cuenta que la accesibilidad es mucho más que la eliminación de barreras arquitectónicas”. En este sentido, ha comentado que “precisamente, las plataformas únicas, espacios totalmente abiertos y sin ningún tipo de desnivel, pueden ser una trampa para las personas invidentes, al verse desamparadas y sin ningún tipo de referencia”. Por ello, estas baldosas táctiles y direccionales, “que no molestan nada a las personas videntes, sirven para ayudar a orientarse, aportando seguridad y reduciendo el riesgo para las personas ciegas o con problemas de visión”.
El Ayuntamiento de Huelva lleva ya unos años utilizando este tipo de pavimentos en distintas zonas de la ciudad y el objetivo es seguir ampliando su uso “para conseguir, como en este caso, circuitos y recorridos donde se garantice la accesibilidad universal”.
El pavimento táctil aporta una información sensorial unívoca a las personas invidentes, ofreciendo elementos de referencia para el bastón. Proporcionan alertas físicas y visuales, ayudando a los peatones a evitar peligros y obstrucciones. En concreto, en el entorno de la Plaza de El Punto y la Gran Vía, se han instalado para cubrir los dos pasos de cebra existentes, cubriendo así los distintos recorridos, hacia la Gran Vía y hacia Alameda Sundheim.
De esta forma, se han dispuesto bandas longitudinales que proporcionan una alerta física y sirven para identificar la zona de paso para cruzar, así como baldosas de botones que facilitan la identificación de donde se encuentran los bordillos y los cruces de carretera. Se trata de ayudarles a identificar un riesgo potencial, una advertencia para continuar con prudencia o la confirmación de que pueden seguir adelante porque el camino no tiene obstáculos y es seguro.
Este tipo de baldosas permiten a las personas invidentes hacer un uso pleno del espacio urbano, con todas las variables arquitectónicas y de uso cotidiano presentes en la ciudad, ya que aportan un sistema de comunicación que utiliza su sensibilidad táctil, a través de diferentes diseños, surcos y texturas geométricas.
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