La Audiencia de Huelva juzga esta semana a P.S.A. y A.S.P., padre e hijo de nacionalidad búlgara, por explotar laboralmente a un compatriota al que convencieron y gestionaron el viaje para venir a España a trabajar en tareas agrícolas.
El juicio, en el que figura como acusada otra tercera persona, V.O.T., , que vigilaba la casa en la que residía la víctima en Huelva, tendrá lugar a partir del próximo miércoles a las 10.30 horas en la Sección Primera, según han informado a Efe fuentes judiciales.
Los tres acusados se enfrentan a una petición por parte de la Fiscalía de 13 años de prisión, seis años por un delito trata de seres humanos y siete por otro de imposición coactiva de condiciones laborales.
A los acusado A.S.P. y V.O.T., les suma otro año de cárcel por el delito de coacciones; en concepto de responsabilidad civil el fiscal considera que deben indemnizar conjuntamente y solidariamente a la víctima cantidad de adeudada por el trabajo realizado y no cobrado y con la cantidad de 10.000 euros por los perjuicios morales.
Relata el fiscal que los acusados puestos de común acuerdo entre ellos y actuando conjuntamente con otra compatriota residente en Bulgaria, en agosto de 2018 entraron en contacto con un ciudadano búlgaro al que convencieron para venir a trabajar a España.
Le ofrecieron la posibilidad de gestionar su viaje a cambio de 150 euros así como la de conseguirle un trabajo en el campo a cambio de la cantidad de 50 euros por el alquiler mensual de un piso compartido debiendo recibir un salario a por su trabajo.
De ese modo, llegó a Huelva donde fue alojado en una vivienda en la que residía, entre otras personas, el también acusado V.O.T. quien aseguraba el control sobre la persona del perjudicado.
En septiembre, y conforme a lo que aparentemente se había acordado, la víctima comenzó a trabajar recogiendo aceitunas en una finca de Bollullos de la Mitación (Sevilla), a la que acudían varios trabajadores, algunos de los cuales eran contratados por la empresa una empresa cuyo manijero se entendía directamente con P.S.A.
El trabajador era trasladado habitualmente por padre e hijo en las furgonetas que tenían, junto con otros trabajadores, para lo que disponían de varios vehículos.
El primer día de trabajo en la finca una persona española les entregó un papel con las horas que iban a trabajar y lo que iban a cobrar, si bien los acusados le retiraron los papeles, los rompieron y les dijeron que iban a trabajar a espuerta recogida.
Durante varias semanas estuvo trabajando en el campo desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde sin recibir ninguna cantidad de dinero, apropiándose los acusados del salario que el encargado de la finca entregaba a P.S.A. para pagara los trabajadores búlgaros; ni estar dado de alta en la Seguridad Social ni firmar contrato.
Además, se le retiró la documentación personal con la excusa de que tenía que realizar los trámites para empezar a trabajar asegurándose de ese modo el sometimiento del trabajador y obligándole a trabajar todos los días excepto los domingos, bajo amenazas, sin llegar a cobrar nada. EFE
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