No sé si te pasa igual, pero estoy harta de escuchar la típica frase de ‘qué suerte tiene’. La suerte se traduce en horas de trabajo. Se traduce en sacrificio, superación, gotas de sudor, lágrimas. Mientras tú estabas dejando correr las horas del reloj, otro estaba esforzándose por ser mejor. Otro estaba dejándose la piel por conseguir eso que tanto deseaba. Y tú pensando y creyendo que ya lo tenías todo o que nunca llegarías a conseguir eso que tanto deseabas. A lo mejor lo tenías a tan solo un paso, pero confiarte ha hecho que se alejara lentamente sin que tú te dieras cuenta. La suerte se busca, ella no te va a llamar a la puerta. La suerte se hace. También se crea. La suerte no es azar, porque esta se trabaja. Y sí, todos dirán que fue suerte, pero en el fondo tan solo tú sabrás todo lo que te costó llegar hasta ahí. Todo lo que lloraste por no llegar en su momento. Todo lo que sufriste cuando nadie daba un duro por ti. La suerte puede ser tu aliada. Trata de encontrarla, de ganártela, de hacerte su amiga. La suerte para muchos es un mito, para mí, la suerte es realidad de un trabajo invisible para muchos y sacrificado para ti.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es