“En la vivienda se observa gran cantidad de objetos almacenados que prácticamente impiden el acceso al interior. Además se aprecia un fuerte olor provocado por la falta de ventilación y el acúmulo de ropa que se está deteriorando. No se puede acceder al resto de dependencias de la vivienda por estar completamente colapsadas de objetos almacenados. Los trasteros del bloque también están siendo llenados de objetos, fundamentalmente muebles, lámparas, colchones... Estas circunstancias permiten y facilitan la proliferación de plagas”.
Esa es la descripción que hacía en diciembre de 2015 un informe de la Unidad de Protección de la Salud de la Consejería de Salud sobre el estado de una vivienda en el Polígono de San Sebastián de la capital onubense tras la denuncia de los vecinos, desesperados tras años de convivencia con una vecina que acumula todo tipo de enseres recogidos de la basura en su vivienda y en su trastero.
En ese informe se emitía una valoración que reza así: “La vivienda denunciada y los trasteros del edificio pueden generar un riesgo sanitario grave a la comunidad, tanto para los denunciantes como para la propia inquilina denunciada”.
Casi cinco años después, nada más se ha hecho, así que si la situación era complicada entonces, ahora ya es insostenible. Malos olores, ratas que campan a sus anchas, plagas de bichos... Ese es el día a día de estos vecinos, cuya desesperación roza ya cotas inalcanzables.
Por ello Alicia Torres, una de las vecinas afectadas, ha vuelto a la acción y hace dos semanas presentó tres denuncias: en el Ayuntamiento de Huelva, en los Servicios de Salud Pública de la Junta de Andalucía y en el Juzgado de Instrucción 5 de Huelva.
Y es que lo que tiene claro es que no pueden pasar más años sin que se haga nada al respecto, pues la situación que describe es dantesca: “El olor es insoportable en todo el bloque -son siete las viviendas afectadas, más la de la vecina de la discordia-, en las casas hay pulgas y ratas que salen por los pasillos, algunos vecinos han tenido que abrir los techos por los daños provocados en la instalación eléctrica, al comerse los cables; y otros han tenido que hacer obras para controlar la plaga y los nidos que tenían los animales”.
“Incontrolable”
Y pese a esto, relata, en la zona del bloque donde se ubica la vivienda denunciada “la situación es incontrolable, a día de hoy no han podido erradicar las ratas, pues esta señora ha tapiado las ventanas de sus vivienda con madera, con lo que las ratas no pueden salir y se oyen arañar y morder la puerta de la casa”.
Los vecinos entienden que esta mujer estaría enferma, pero lamentan que su familia “no se hace cargo ni pone remedio”. Hay un procedimiento de incapacitación promovido por Asuntos Sociales, pero lleva su tiempo, y el Ayuntamiento, que es quien se supone que tiene que tomar cartas en el asunto, no hace nada.
De hecho, ya en 2015 desde la Junta le comunicaron a esta vecina que remitirían el informe de Protección de la Salud al Consistorio para que el Departamento de Medio Ambiente impusiera al titular de la vivienda “aplicar las medidas correctoras y realizar los tratamientos necesarios para revertir la situación”.
Del mismo modo, tras las nuevas denuncias, en un reciente escrito el Servicio de Salud Pública le responde que dará traslado al Ayuntamiento “por ser de su competencia”.
Por ahora, el Ayuntamiento ha dado la callada por respuesta. Por ello, Alicia ha creado una plataforma en Facebook con más de 400 seguidores y va a emprender medidas judiciales por la vía civil, pues 14 años son ya demasiados años viviendo esta pesadilla.
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