Andalucía

Maeztu reivindica la solidez y la razón de ser del Defensor del Pueblo

Ha defendido que esta institución "no sobra" y ha proclamado su lealtad institucional y su independencia con un trabajo riguroso e imparcial

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Maeztu.

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Maeztu.

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El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha reivindicado este martes, en su toma de posesión para un nuevo mandato de cinco años, su convicción de que es una institución cada vez "más solida y segura" y en su "razón de ser" de defensa de los derechos de la ciudadanía.

En la toma de posesión en el Parlamento andaluz, presidida por la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, y por el presidente de la Junta, Juanma Moreno, Jesús Maeztu (1943) ha defendido que esta institución "no sobra" y ha proclamado su lealtad institucional y su independencia con un trabajo riguroso e imparcial.

Ante una nutrida representación política y social -unas 200 organizaciones-, y acompañado de sus familiares y del Defensor del Pueblo estatal, Francisco Fernández Marugán, Maeztu ha agradecido el respaldo parlamentario logrado el pasado 11 de septiembre para continuar otro mandato tras cinco décadas de servicio público.

Tras confesar que se siente con "fuerza, energía y la misma pasión", ha reiterado que su cargo "no es ninguna poltrona ni retiro dorado" porque el trabajo del Defensor es "a veces muy duro y exigente".

Ha reivindicado el compromiso de la Defensoría del Pueblo andaluz en la lucha por la defensa de los derechos y ha garantizado que esta institución "pone por encima de todo a las personas en el centro de la acción política".

Y, por ello, seguirá luchando contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, pero ha precisado que "desde una lógica de la participación y del acompañamiento para conseguir que estas personas se integren como sujetos de pleno derecho".

De ahí, su compromiso para reivindicar una "renta básica, un techo digno y un suministro de luz y agua garantizados como paquete básico de ciudadanía"; la atención a las demandas de las personas mayores; y la protección y promoción de los derechos y la participación de la infancia y la adolescencia.

Además, ha apostado por la igualdad de las personas con independencia del lugar de nacimiento, en especial de los menores, y ha advertido de que le preocupan "las voces que incitan al odio, a la discriminación y al racismo".

También atenderá la defensa de los espacios naturales "ante desafíos como el cambio climático o la producción insostenible" y la eliminación de todas las discriminaciones y desigualdades, entre ellas, las que afectan a las mujeres.

A la espera de una próxima comisión parlamentaria en la que desgranará su proyecto, ha avanzado algunas nuevas líneas de actuación como que la institución trabajará en analizar las consecuencias y medidas para evitar la despoblación en Andalucía y abordará los problemas sociales emergentes como la turistificación o la gentrificación.

Maeztu ha aprovechado para dejar patente la buena coordinación con el Defensor del Pueblo español, Francisco Fernández Marugán, que ha asistido a su toma de posesión.

La presidenta del Parlamento ha puesto en valor el legado que atesora el Defensor del Pueblo como institución en la construcción de derechos de la ciudadanía y ha destacado que Maeztu es una figura de consenso que "atesora una amplia experiencia y una trayectoria vital de compromiso, de sensibilidad y vocación de servicio público". 

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