El Hospital Infanta Elena ha puesto en marcha nuevas medidas de humanización e intimidad destinadas a los pacientes ingresados en su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y a sus familias, con el fin de aliviar la tensión y el estrés que siempre conlleva la estancia en este tipo de servicios. Entre las medidas se encuentran la puesta en marcha de una nueva sala especial para familiares, horarios de visita personalizados según las necesidades del paciente, paseos al exterior en ingresos de larga duración y acompañamiento en el final de la vida, entre otras, siempre con el objetivo de atenuar el impacto emocional y psicológico que genera el ingreso en el paciente y su familia.
Dentro de este programa de medidas, el centro hospitalario ha habilitado una nueva sala de acompañamiento y duelo, que se encuentra situada cerca de la UCI y que permite a los familiares de los pacientes fallecidos o que se encuentran en espera por la donación de sus órganos, que puedan aguardar en un ambiente tranquilo y cercano a los profesionales. Preservar su intimidad en este momento difícil, ofrecer un punto de acompañamiento en la despedida y proporcionar un espacio respetuoso e íntimo ante el proceso del duelo resultan muy importantes para las familias, sobre todo para aquellas que deben esperar cierto tiempo mientras se ultima el proceso de donación.
Los profesionales de la UCI han querido impulsar estas medidas al considerar que, si bien estas Unidades se caracterizan por un nivel de desarrollo profesional y técnico muy alto y un nivel de estrés muy importante para el paciente y su familia, con este tipo de actuaciones se intenta mantener la calidad y calidez humana en los cuidados que se prestan, sin perder de vista que toda persona tiene una situación de vida y un apoyo familiar importante y determinante.
Con esta intención se ha renovado el circuito de ingreso que se pone en marcha desde el momento mismo en el que el paciente entra en la Unidad, de forma que, además de ubicarlo en su estancia, se les explica el estado del paciente a las familias y se activa el protocolo de acogida que conlleva la presentación de los profesionales, la información sobre el horario de visitas especial y la ubicación de la sala de estar de familiares de UCI.
La familia es informada una vez al día de forma general por parte del médico especialista acerca del estado del paciente, si bien se notifica en cualquier momento aquellos cambios importantes que puedan registrarse en su evolución. Además, los familiares cuentan también con una enfermera de referencia en la Unidad, que es la encargada de informarles a primera hora de cada mañana sobre su estado durante la noche. Este primer contacto del día se oferta también vía telefónica para aquellos familiares que permanezcan en sus domicilios, con el fin de aportarles una sensación de control y seguimiento del paciente de primera mano y sin necesidad de acudir al centro hospitalario constantemente.
El horario de visitas de los familiares, aunque cuenta con un bloque de tiempo previamente establecido tanto por la mañana como por la tarde, puede adaptarse de forma personalizada según el estado y las necesidades que presente el paciente, permitiendo el acompañamiento en las comidas o incluso durante la noche, si su estado así lo requiere y resulta favorable para su evolución.
Entre las medidas que se han ido reforzando en los últimos meses, se encuentran también los paseos terapéuticos con aquellos pacientes que se consideran de larga estancia, es decir, aquellos que deben permanecer ingresados varios meses en la Unidad y solo salen para someterse a pruebas diagnósticas. En estos casos y siempre si su estado lo permite, se programa alguna salida por el exterior del hospital, que se encuentra rodeado de campos de labor, estando acompañado por el equipo sanitario y por su familia. Estos pequeños paseos al aire libre ayudan al paciente a mejorar significativamente su ánimo y su estado de salud, favoreciendo su recuperación y la entereza de sus familias.
Por parte de los profesionales de la UCI se considera también fundamental el acompañamiento del paciente al final de la vida, entendiendo que los cuidados que se prestan a la persona no solo deben procurar mantener o alargar la vida, sino también asegurar una muerte digna, sin dolor ni sufrimiento y acompañados por sus seres queridos. De esta manera, desde la Unidad se consensúan con las familias las medidas de limitación del esfuerzo terapéutico y se les ofrece plena información sobre todo el proceso, dándoles la oportunidad de despedirse y de acompañarlo hasta el último momento si es su deseo, por lo que se les permite permanecer en el cuarto sin limitar el número de familiares ni tiempo, ofreciéndoles apoyo y acompañamiento.
Estas medidas se integran dentro del Programa de Humanización que está impulsando el Hospital y que pretende ofrecer a la persona ingresada y a sus familias un abordaje íntegro, conscientes de que la humanización de la asistencia sanitaria en su conjunto es especialmente vital cuando las personas se encuentran en situaciones de fragilidad y vulnerabilidad debido a los procesos de enfermedad, siempre con el objetivo de paliar el sufrimiento humano y de construir un mundo que fomente actitudes y conductas responsables y humanizantes.
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