En román paladino

Bronco

Ni una sola gota de humor, sólo abucheos y descalificaciones

Publicado: 21/02/2019 ·
09:22
· Actualizado: 21/02/2019 · 09:22
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Nombre de caballo del oeste americano, de  western despiadado con forajidos, pistoleros sin piedad, llaneros solitarios, duelos de OK Corral, botellazos y muerte del pianista en el saloon…“Por tierras californianas/ en buen potro va montado/  galopando en plena noche/ un jinete enmascarado” cantaba Chano Lobato un corrido  por bulerías al Coyote. Esa era la situación del Congreso de los Diputados y del Senado en sus últimas y crepusculares sesiones para olvidar. Bronco, áspero, desagradable, impresentable, falto de toda empatía ciudadana. Las sesiones  de control se han convertido en maratones de descontrol de pensamiento palabra y obra. Se han acusado de lanzamiento de escupitajos, de insultos, de gestos de desprecio…así, por ejemplo,  el presidente del gobierno –da igual de qué partido y de qué gobierno – fue despedido de la llamada Cámara Alta -y antiguo Estamento de Próceres- al integrador y cortés grito  de ¡Fuera, fuera, fuera!

De todo se despacha menos de la épica  entrañable de  “Solo ante el peligro” porque los retos los hacen ante 350 figurantes y cada lado o grupo de partidarios  apoya con furor su parte frente a la otra. Los discursos son tan absolutamente previsibles que resultan de un “dejàvu” cansino. El presidente del Senado llegó a recordar  que no se estaba en un estadio de futbol sino en una cámara parlamentaria. En el Congreso sucede lo mismo. Ni una sola  gota de humor, sólo abucheos y descalificaciones a tutiplén (¡Ojo! Lo asegura  el filólogo y lexicólogo Joan Corominas que  “a tutiplén” viene directamente del catalán“a tutiplè”,  tot y ple -  todo y lleno-).

“La experiencia nos enseña a dar miles de vueltas sobre los mismos problemas. Para ello aplicamos corazón y razón, que son la esencia de la acción política, son obligadamente conciliables y compatibles y se enriquecen mutuamente a la hora de afrontar una solución razonable a cualquier conflicto o problema”. Pero Rocard es francés. Será por eso que cree que la “La razón puede ser generosa y el corazón eficaz”. Ésta es la base de la cultura del pacto que, al final, es el fondo de la política, la discusión, el diálogo, la confrontación no violenta, la tarea de dirimir pacíficamente las discrepancias. Lo fundamenta Hannah Arendt en ¿Qué es la política? en una razón muy sencilla: “La política se basa en el hecho de la pluralidad de los hombres”. Es lo que todas las dictaduras niegan. Algunos aquí también.

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