La Taberna de los Sabios

Pobres elecciones municipales, ¿quién se acordará de ellas?

Y si el debate municipal pasará sin pena ni gloria, ¿qué decir de las europeas? Esas, ni siquiera existirán

Publicado: 20/02/2019 ·
09:32
· Actualizado: 20/02/2019 · 09:32
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Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

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Las elecciones generales ya están convocadas. Las sabemos importantes, por lo que nos ocuparán y preocuparán en mucho. La campaña electoral será intensa y agotadora. A día de hoy, aunque no sabemos quién resultará vencedor, sí podemos anticipar quién las perderá. ¿Quién? Pues las elecciones municipales, sin duda alguna, que pasarán desapercibidas, sin pena ni gloria, envueltas por el ruido ambiente atronador de las generales, primero, y de la constitución del nuevo gobierno, después. Con tanto jaleo y desasosiego, ni siquiera nos percatemos del envite local, ocupados, como estaremos, en las altas cosas del Estado. Pobres candidatos municipales, nadie les hará ni puñetero caso, ocultos bajo los fuegos artificiales de una generales emocionantes, abiertas e impredecibles. Toda la vida afirmando que en las municipales se vota al candidato y no a las siglas de un partido, para que ahora venga la atracción centrípeta de unas elecciones generales a comérselo todo.

Queríamos elecciones y la tendremos por partida triple, en Andalucía, y cuádruple en muchas autonomías españolas. Elecciones generales en abril, municipales, autonómicas y europeas se solaparán en un frenesí de urnas y votos. Pero serán las generales las que protagonizarán el debate público hasta el punto de ocultar bajo su manto las posteriores elecciones. Hasta abril hablaremos de política general – sobre todo de Cataluña – y, después, de pactos y gobiernos. Mucho ruido habrán de armar los candidatos municipales para lograr que alguien se fije en ellos.

Las elecciones generales serán el domingo 28 de abril. Las Cortes se constituirán en plena campaña de las municipales. Mientras los candidatos a alcaldes y concejales se desgañitan pidiendo el voto, las televisiones, las tertulias, los amigos en el bar, las comidas familiares, polemizarán sobre los pactos posibles para la constitución del nuevo gobierno. Mientras se deshoja la margarita de la investidura y del sudoku de los posibles pactos parlamentarios, los munícipes se desesperarán, afónicos, tratando de colocar sus propuestas de plazas, fuentes, centros culturales y nuevas rondas en un electorado encendido y apasionado por las cuestiones nacionales. Una pena, porque la mejor política española se hace en los municipios, y son los ayuntamientos, en general, las instituciones más cercanas y valoradas. Se encuentran con sus finanzas equilibradas y nos brindan unos servicios municipales comparables con cualquiera de los países avanzados. Pero, en esta ocasión, estaremos centrados en nuestras pulsiones, odios, pasiones y rencores nacionales, a gritos entre nosotros. ¿A quién le interesará, entonces, el debate sobre la fuente, la ronda o la plaza? En teoría a todos, en la práctica ya veremos si votamos a los programas municipales o lo hacemos como segunda vuelta de unas generales interruptus.

Y si el debate municipal pasará sin pena ni gloria, ¿qué decir de las europeas? Esas, ni siquiera existirán. Europa no nos interesa. La pasión por las elecciones europeas es perfectamente descriptible, rozando los cero grados Kelvin, el cero absoluto, vamos, que equivale a los -273,15 grados Celsius, que ya es frío. Elecciones a un parlamento en Estrasburgo, no fastidies. Enredados como andaremos en nuestros demonios familiares, en nuestras rencillas ibéricas, en nuestros odios seculares, ¿a quién le interesará un parlamento tan lejano y soso? Por eso, porque ni sabemos de política europea ni nos interesa, votamos de manera exótica, liberándonos del yugo del voto útil de las generales. Ya veremos qué ocurre en esta ocasión pintoresca.

Estamos en elecciones, seamos sensatos y atendamos a todas sus campañas, no vaya a ser que, al final y a modo Teruel, veamos una manifestación de candidatos locales, los pobres, coreando, desesperados, aquello de ¡las municipales también existen!

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