Tan solo nos hacemos fuertes cuando ser fuerte es nuestra única opción. Sí. Nos paseamos por esta vida dejando ver todas nuestras carencias, dándole motivos al prójimo para que atente contra nosotros. Para que ataque a nuestras debilidades y sean capaces de hundirnos. No, nadie tiene derecho a hacerlo. Debemos caminar estando orgullosos del por qué somos como somos, haciendo fuertes nuestras virtudes y trabajando para mejorar nuestras flaquezas. Aunque no queramos verlo, aunque nos cueste reconocerlo, somos por algo o quizás por alguien. Somos suma de todo eso que ya hemos vivido. Somos aprendizajes. Porque para saber que la piedra nos puede hacer tropezar, primero hemos tenido que caer al suelo 100 veces con ella. Quizás seamos insistentes y queramos ver a veces cosas donde no las hay. Y no hay mayor ciego que aquel que no quiere ver. Por eso mismo, somos nosotros los que debemos darnos cuenta, actuar por nuestros impulsos y no por lo que nos vaya marcando la gente. A fin de cuentas, vuestra vida os pertenece y nadie va a ser capaz de encaminarla tanto como puedas llegar a hacerlo tú. Aunque a veces sea necesario tomar las riendas pero sin necesidad de echar el freno. Porque los sentimientos tienen el mando. Y por más que queramos pararlos, por más que queramos ralentizarlos, es imposible frenar si vamos cuesta abajo. Así que, siente y disfruta, porque somos por algo, quizás por alguien pero nadie es capaz de ser por nosotros.
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